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El único refuerzo se llama Lampedusa

Los tres equipos paceños viven realidades diferentes/similares a la temporada pasada.

Uno: Always Ready, el actual campeón, sigue a lo suyo: despacito saca puntos de visita (ganó de visita a Real Santa Cruz) y se hace fuerte en su reducto inexpugnable de Villa Ingenio (donde siempre regala la primera parte para matar al final). La permanente espada de Damocles sobre su técnico provoca una tensión que tiene como consecuencia victorias de la mano de los “pesos pesados” (Ovejero, Galindo, Cabrera, Lampe…). La apuesta/debut por los jóvenes como el alteño José Eduardo Chambi está logrando una mayor identificación sociológica, si cabe, de la ciudad de El Alto con la “banda roja”. Los adhesivos en el transporte público se multiplican por doquier: “Soy de El Alto, soy del Always”.

Dos: The Strongest vive en un bucle sempieterno. Los once “refuerzos” no juegan de titular (salvo Jóse Sagredo y a ratos Rafinha). Illanes confía plenamente en un onceno/dibujo tipo. El sistema táctico es inamovible (el 4-2-3-1) y ni por si acaso se intenta sorprender a los rivales con otros esquemas, lo que hace al “team” previsible. El Tigre tropieza este año con las mismas piedras que la temporada 2020: carece de eficacia goleadora (tiene gran volumen ofensivo pero no transforma), comete imperdonables “horrores” abajo y se cae fácilmente en lo mental. El hándicap de visitante (domina pero no cierra los partidos) puede llegar a costar el puesto al técnico. La inestabilidad institucional tampoco ayuda.

Tres: Bolívar ha optado por un cambio radical. Es inédito/contraproducente que un equipo haga tantas transformaciones. ¿Está bien asesorado Claure que dirige a control remoto el club celeste? ¿cuánto tardará el vasco Natxo González en acoplar todas las piezas y dar una identidad de juego más allá de la tenencia insulsa de la pelota? Este jueves, la “Academia” disputa su primera “final” (ida de la Libertadores) ante Junior de Barranquilla. No entrar en la fase de grupos (llave de Boca Juniors) puede ser un misil en la línea de flotación del modelo 2021 caracterizado por la llegada de estelares fichajes/dt que aún no muestran su potencial (el catalán Granell, el albanés Sadiku, el argentino Leo Ramos…).

Los tres grandes paceños viven bajo el paraguas del “gatopardismo”: cambian todo/nada para que nada/todo cambie. El único refuerzo “real” se llama Lampedusa, el Príncipe.