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Bolívar es de izquierdas

Introducción: el vasco Natxo González repite el mismo equipo de la Libertadores salvo el obligado cambio del sancionado Leo Ramos por Armando Sadiku en el puesto de nueve. ¿Es el albanés centro delantero? ¿Tiene gol? ¿Acaso no brilló en su selección como media punta? En el resto del “eleven” celeste no hay sorpresas, salvo la novedad del arco: Cordano toma el lugar de Rojas, que paga la penitencia de sus dos pecados ante Junior. Los laterales son de permanente subida (Bejarano-Fernández); el doble “cinco” no se negocia (Granell-Justiniano); y el tridente vuelve a formar con Saavedra por izquierda, García por derecha y un desaparecido Hernán Rodríguez por el medio. El capitán se siente más cómodo con libertad de movimiento pero su nuevo lugar es la banda para asociarse con Bejarano. El orureño desobedecerá y dejará el costado derecho huérfano del dos contra uno. Arsenal de Sarandí no inventa nada: 5-3-2 y autobús delante del arquero Medina para soñar con un pelotazo hacia el uruguayo Candia.

Nudo: Bolívar repite la fórmula parsimoniosa de The Strongest ante Boca. Parece que ninguno de los dos vio el partido de Always Ready que optó por ahogar de inicio a Internacional. Cada maestrillo tiene su librillo. Natxo prefiere la paciencia. Ante un medio sector muy poblado para impedir los disparos de lejos, los celestes optan por las bandas, especialmente por el costado donde Roberto Carlos y el gambeteador John García se asocian para meter centros que no sean frontales, para buscar la espalda de los carrileros argentinos. Bolívar es de izquierdas. La otra estrategia es la pelota parada y las jugadas preparadas, incluidas las pantallas a la salida de los saques de esquina. Mientras tanto, Sadiku es un personaje del irlandés Samuel Beckett: espera y (des)espera, vigilado por tres centrales, arrastrando marcas. Sobre el final, con espacios por derecha y a base de pases, llega el golazo de Roberto Carlos. La paciencia esta vez funcionó.

Desenlace: Arsenal se ve obligado a salir para empatar pues solo pasa el primero de cada grupo. Cuando la visita se abre, aparecen los espacios y el que mejor lo sabe leer es el “man of the match”, Roberto Carlos Fernández. En su enésima trepada, coloca un pase atrás para que Saavedra fusile. Era el mejor momento de Arsenal, que volvía a desnudar las falencias defensivas de la “Academia”, especialmente de un errático Guitián. Entonces Miranda y Rey entran para dar descanso a García y el capitán y soñar con un “score” más abultado. El gol diferencia puede indicar quien acaba primero y avanza. En los descuentos, la endeblez de la zaga celeste regala un gol, otra vez.

Post-scriptum: Con la primera tarea, ganar de local, se cumplió, con una buena ventaja, no. Ahora Bolívar tiene que salir afuera para buscar puntos, sea en Cochabamba, sea en Buenos Aires, sea en Fortaleza.