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Always Ready se suicida en Venezuela

Introducción: para Always es una final. La “banda roja” tiene que puntuar en Venezuela. La inesperada derrota en casa con Olimpia puso en aprietos al CAR y convirtió a este grupo de la Libertadores en el más loco/parejo, todos con seis puntos. Asad no cambia su último dibujo favorito y apuesta por un 5-3-2. Cummings vuelve a la zaga de tres centrales, Ramallo y Flores son los carrileros, Machado-Saucedo es el doble cinco, Vander es el enganche (por Arce) y arriba la dupla de delanteros es la formada por Ovejero y Algarañaz. Se extraña al “Conejo” y a Sanguinetti. Deportivo Táchira no va a tener problemas en ceder la posesión porque sabe que tiene hombres veloces para la contra. Debuta en el aurinegro de San Cristóbal un chico de 17 años (que anotará). Mientras tanto, el fútbol en Bolivia está paralizado, incluido el torneo paralelo de changos. Somos nuestro enemigo más cruel.

Nudo: los “millonarios” tienen la pelota pero no saben que hacer con ella. Apenas Ramallo y Flores cumplen los deberes. La mitad de la cancha es tierra de nadie. Saucedo -que ha salido con una cadenita y se ve obligado a sacársela- pierde en salida, pierde en territorio rival y Táchira se gusta en las contras con una efectividad soñada: cuatro contragolpes, cuatro goles. Machado simplemente no está. Always queda regalado atrás, dando todas las ventajas imaginables, simplemente no marca, retrocediendo mal. Apenas tiene voluntarismo para atacar, sin ideas. Vander -otrora carrilero- desaparece y Ovejero baja mucho para recibir (es la tarea encomendada por el “Turco” para ser “falso nueve”). Así, con Carmelo por afuera, se regala la posición de centro delantero. Los desvaríos del entrenador argentino han terminado por confundir a todos.

Desenlace: Asad mete tres cambios y coloca en la cancha a Arce, “Gamuza” Adrián y Mosquera. Con esto va a generar más volumen ofensivo y hará dos goles. Lo que no puede remediar el “Turco” es la desprotección de su equipo, totalmente partido, desequilibrado. La enésima desconcentración trae el 5-0 cuando los jugadores todavía hablan. El partido termina loco, como el grupo; acaba con un resultado humillante, sonrojante, histórico. El CAR necesitará un milagro imposible contra Inter en Porto Alegre.

Post-scriptum: nuestro fútbol ha tocado fondo y está en modo suicida, autoaniquilado por la dirigencia más perversa de la historia con el torneo detenido, los planteles a punto de ser licenciados y con la participación de la selección totalmente en duda para la Copa América donde si se llega se hará sin competencia. El fútbol se nos muere. Los milagros no existen.