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El (no) proyecto de Marcelo Claure

Introducción: Claure anuncia, vía Twitter horas antes del último partido de Bolívar por Copa Sudamericana, que este sábado estará presente en Oporto, en la final de la Champions. Hace unos días ha despedido al entrenador celeste, el vasco Natxo González, después de tuitear esta frase: “la palabra más difícil de entender es proceso”. Claure habla de una transformación total: infraestructura, masa societaria, centros de alto rendimiento… ¿Puede decirle alguien que no acaba de llegar al club? Son doce años de gestión pero Claure cree que arribó ayer. Vladimir Soria no cambia el dibujo de Natxo (que sigue como director deportivo hasta julio, otra cosa incomprensible) pero si mueve a los jugadores: Villamil es cinco, Granell es mixto y Justiniano se coloca de media punta con Saavedra a su derecha y Mirada a su izquierda. La titularidad del chango Villamil es un fenómeno paranormal. Arsenal necesita ganar y que Ceará no lo haga en Cochabamba para avanzar a octavos de la Sudamericana.

Nudo: los de Sarandí presionan arriba y al cuarto de hora logran el gol merced a la mala marca de la “Academia”. Cuando Bolívar tiene la posesión, no hace daño: solo un pelotazo de Granell -que juega más adelantado que en la era Natxo- hacia la cabeza del extrañado Leo Ramos altera la tranquilidad del arquero de Arsenal. Sobre el alargue, la enésima desatención de la zaga visitante coloca un 2-0 psicológico.
Desenlace: Arsenal sale decidido a hacer el tercero, relajarse y mirar de reojo al “Félix Capriles”. Lo logra en el tercer minuto de la segunda parte. Solo con el 3-0 abajo, la “Academia” se anima, otro tópico de nuestro fútbol. El descuento llega a través de un cabezazo perfecto de Jairo Quinteros, de lo mejorcito del celeste. El descalabro de Bolívar en las dos Copas -más por desmérito propio que por virtudes ajenas- habla de un club donde el presidente piensa más en la final de la Champíons que en su equipo; donde no se sabe si el despedido Natxo tiene incidencia o no aún; donde el papel de Soria es humillante para una leyenda como él; donde la figura del gerente deportivo (señor Recio) funciona en base a intuiciones/intereses; donde absolutamente nadie sabe quienes se quedarán (Granell parece tener destino en Inter Miami, otro club de mister Claure)… Con el gol de Wilstermann, Arsenal –un equipo limitado- sella la clasificación en el grupo más mediocre de la Copa.

Post-scriptum: el (no) proyecto del dueño de Bolívar no acaba de arrancar. Y no lo hace porque no se entiende aún que los procesos son a largo plazo (no cada cinco meses). El problema de Claure es que el plan nunca estuvo claro. Nada de esto importa, si el Man City sale campeón el sábado en Portugal, Claure estará/será feliz.