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Bolivia, la suerte también se cansa de nosotros

Introducción: Bolivia, golpeada por los casos de Covid, se queda sin Martins -el emblema- ni Haquin. Farías deja inexplicablemente fuera del onceno titular a Lampe y apuesta por Cordano. El venezolano opta por un sistema 4-4-2, abandonando la idea de colocar cinco defensas. Las novedades no se terminan ahí: Boris Céspedes, el chango que juega en el fútbol suizo, aparece como volante central junto a Justiniano. La otra sorpresa es el catalán/boliviano, Jaume Cuéllar, que juega de delantero en el SPAL italiano, de la segunda división. Hace dupla en la ofensiva con Gilbert Alvarez. Los tres cambios no los entiende nadie.

Nudo: la selección es un frontón, para (no) variar. Farías ha elegido -hace rato- el fútbol ultradefensivo y conservador. Jugamos y jugaremos a ser la “Grecia” de Sudámerica: todos atrás rezando. El gol de penal de Saavedra nos regala un gol inesperado. A Paraguay no le sale nada, ha subestimado a la “verde” y el arco se cierra, “ayudado” por el VAR, nuestro aliado inesperado, nuestro mejor hombre. La temprana expulsión de Cuéllar mete más a la selección nacional debajo del arco. ¿Están chicos como Céspedes y Jaume para jugar de titulares en la absoluta? ¿Está Cordano un peldaño por encima de Lampe o uno por debajo? ¿Es el arquero de Bolívar el ideal para detener el juego aéreo de los paraguayos, su punto fuerte? Disculpen por las preguntas retóricas.

Desenlance: Bolivia sigue defendiéndose con dos líneas de cuatro y trata de cerrar las bandas, los costados por afuera por donde ataca la albirroja. Se para mal atrás y no ataca ni de broma, ni siquiera cruza la mitad de la cancha. Los dos primeros cambios son: Roberto Carlos Fernández por Flores y Danny Bejarano por Céspedes. Nada cambia. A la hora llega el empate y dos goles más para una victoria cantada/esperada. Almirón opta por el doble nueve para colgar pelotas. Los otros tres cambios bolivianos tampoco suman: Wayar por Saavedra (tras la igualada); Ramallo por Gilbert; y Junior Sánchez por Justiniano. Seguimos defendiendo con ocho hombres el área grande. La estadística dirá al final que Paraguay ha tenido la pelota en un 79%.

Post-scriptum: el próximo viernes chocamos con Chile. ¿Cambiará el libreto timorato de Farías que de palabra promete jugar de tú a tú y apostar por el fútbol ofensivo y en la práctica regala la posesión de inicio y solo apuesta por ser un frontón? ¿Seguirá con las malas decisiones a la hora de elegir a los jugadores? ¿Dejará de ser miserable en sus planteos con la suerte acompañándolo hasta que ésta también se cansa? ¿Somos Lampe y Martins y nada más?