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Las mil y una burlas de César Farías

Introducción: la “verde” se despide de la Copa América como la peor selección del torneo. Farías vuelve a experimentar: la zaga central es “nueva” (Haquín-Jusino); coloca a Boris Céspedes en la contención junto a Justiniano; y pone de nuevo a Gilbert como punta en solitario. En la banca esperan hombres como Wayar, Martins, Arce, Henry Vaca, Ramallo… En Argentina, Messi juega su partido número 148 para ser el futbolista con más cotejos vestido de albiceleste.

Nudo: el partido va a ser un monólogo argentino. En la segunda llegada, una genialidad “marciana” de Messi filtra un pase y “Papu” Gómez abre la lata. Bolivia no marca, no presiona, no llega, no tiene piernas/físico, no posee intensidad/agresividad. La pelota estorba y quema. Todos esperan simplemente que Messi acelere en verticalidad, buscando los espacios vacíos. El equipo de Farías solo molesta el arco de Armani con un cabezazo de Diego Bejarano y un disparo de lejos de Jeyson Chura. La primera parte termina con un plácido 3-0. Argentina camina sobre la cancha, esperando el partido de cuartos contra Ecuador.

Desenlance: un taco hermoso de Chura trae el descuento del goleador Saavedra, previa proyección de un batallador Justiniano. Farías, como “premio”, saca de la cancha al jugador de The Strongest. Es la penúltima burla del técnico de la selección. El “match” termina con una goleada previsible.

Post-scriptum: sostiene Farías que él solo habla con periodistas argentinos sobre el (inexistente) estilo de la selección boliviana. Confiesa Farías que la “verde” no tiene ninguna identidad, que juega “dentro de sus posibilidades”. El venezolano, a relevo de prueba, admite su inoperancia, su incapacidad (para aportar una manera de jugar). En la última burla hacia la hinchada, añade que la identidad es el himno. Por resultados finales menos vergonzosos, técnicos bolivianos han sido despedidos de la selección (como Villegas, Soria o Baldivieso).

La resignación de Farías ha contagiado a sus dirigidos el virus de la apatía, del conformismo, de la desgana, de la lentitud. Y lo único que “vale” son las excusas (el covid, las rojas, la falta de divisiones inferiores…) y lo único que puede mostrar el venezolano (se olvidó ya de sus famosas estadísticas) es el debut de jugadores jóvenes, a los que quema un día sí y otro también. Farías sigue en la selección porque no hay plata en la Federación. Porca miseria.