¿Cómo detener a los clubes brasileños?
Cinco de los ocho semifinalistas de torneos Conmebol hablan portugués y sus clásicos rivales, los argentinos, no tienen chance de título
Fortalecer las divisiones inferiores, saber fichar y conservar las nóminas. Los expertos barajan fórmulas para frenar el dominio brasileño en el fútbol de Sudamérica, pero advierten de la dificultad de equilibrar la balanza.
La aplanadora de Brasil en la Libertadores y la Sudamericana llegó a niveles insospechados en 2021.
Cinco de los ocho semifinalistas de ambos torneos hablan portugués y sus clásicos rivales, los argentinos, –los más laureados de esas competiciones pero golpeados por la crisis económica de su país–, no tienen chance de título.
«Lo que debemos preguntarnos es si esto es una tendencia que ha llegado para quedarse o si se podrá competir contra ellos. La realidad es que está difícil [detenerlos] por una suma de circunstancias», escribió Jorge Barraza, autor del libro ‘Fútbol de ayer y de hoy’, en varios diarios sudamericanos.
La diferencia sustancial en ingresos e infraestructura ha permitido que en este siglo los clubes del Brasileirao dominen la Libertadores y recorten terreno en la Sudamericana, coinciden analistas consultados por la AFP.
Con tres semifinalistas en la Libertadores (Palmeiras, Atlético Mineiro y Flamengo), Brasil está cerca de su tercer título consecutivo. De ganar la edición 2021, alzará la décima copa en el siglo XXI frente a ocho de Argentina, dos de Colombia, una de Ecuador y otra de Paraguay.
Y con dos representantes en ‘semis’ de la Sudamericana (Bragantino y Athletico Paranaense), el gigante latinoamericano puede soñar con el primer doblete para un país desde 2014, cuando los argentinos River Plate y San Lorenzo ganaron ambos torneos.
‘Mejorar el talento’
«Es [un panorama] complejo. Económicamente los demás estamos muy por debajo», afirmó a la AFP el exinternacional colombiano Andrés Orozco.
El exdefensor, quien jugó en Internacional de Porto Alegre (2007-08), entrenó este año al Envigado, un modesto equipo reconocido en Colombia por su valiosa cantera, de donde surgieron James Rodríguez y Juan Fernando Quintero.
Los naranjas, como la mayoría de equipos sudamericanos, subsisten de vender jugadores, algunos de los cuales son comprados por los elencos del Brasileirao.
En la pasada década, las escuadras de Brasil gastaron USD 800 millones en transferencias frente a 400 millones de los argentinos, la otra liga más poderosa de la región pero alicaída por problemas financieros, según un informe reciente de la FIFA.
«El fútbol brasileño no tiene esa prisa por vender sus figuras. Ellos a las cinco o seis joyas de cada equipo las separaban por un tiempo, les hacían trabajos aparte, los ponían físicamente muy bien para competir», explicó Orozco.
En Brasil, mayor exportador de jugadores del mundo, las divisiones inferiores tienen condiciones de entrenamiento similares a las profesionales, además de campeonatos locales y nacionales que les permiten aventajar a sus colegas regionales.
Por eso, para el exzaguero, una de las claves para cerrar la brecha es «mejorar el talento» desde las inferiores.
‘Dar combate‘
Independiente del Valle de Ecuador, cuyo fútbol viene en alza, implantó la escuela europea, en la que los juveniles y los profesionales siguen la misma ideología de juego, explica Mario Canessa, editorialista del diario guayaquileño El Universo.
Bajo esa fórmula y apostando por los jóvenes, el ‘Matagigante’ ganó la Sudamericana-2019, la última alzada por un cuadro diferente a un argentino o brasileño.
«Independiente del Valle ha sido un ejemplo de club e institución al dar opción a sus categorías menores. Venden mucho y reemplazan con los juveniles», sostiene.
El colombiano Atlético Nacional, campeón de la Libertadores-2016, y el ecuatoriano Barcelona, único hispanohablante de las ‘semis’ de la actual copa, intentaron con otra fórmula exitosa: fichar bien dentro de sus fronteras o en mercados menores.
«Hicieron buenas inversiones, cuidando a las jóvenes figuras y no derrochando en jugadores de renombre pero flojo presente», apunta Canessa.
Aunque para mantener el paso firme tras el éxito, estos clubes deben intentar frenar la desbandada de figuras que buscarán nuevos rumbos en ligas más ricas, advierte Leonardo Bertozzi, comentarista de ESPN. Las jugosas ofertas se tornan en auténticos dilemas.
«La pelota está en campo de los rivales», opina el columnista Barraza. «O se quedan a mirar y aplaudir o deciden esforzarse y dar combate».
(20/09/2021)