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La ley del mínimo esfuerzo

Introducción: el Tigre no tiene más margen de equivocación. Los errores no forzados han sido muchos. Ante un pálido Blooming, Cristian Díaz da descanso a Sagredo y sin cambiar de dibujo, coloca a Barbosa para hacer pareja con Blackburn en el ataque. En su habitual 4-4-2, la mitad de cancha es para Wayar-Castro en el eje con Flores y Martínez como extremos. La idea sigue siendo una sola: pelotazos al “Toro” por aire, mar y tierra. La campaña electoral no se siente en el Siles donde apenas 800 personas han pagado su entrada en una tarde sabatina de puente con más color cemento que oro y negro en las gradas. Una pancarta en la bandeja alta de la desértica curva sur lleva el nombre de la precandidatura de Héctor Montes: Unión Cañada.

Nudo: el ritmo stronguista es cansino para no variar. Dos remates de cabeza (de Barbosa y de Blackburn) a pases de Villamil y Martínez no despiertan del letargo a la hinchada. Solo cuando aparece de nuevo el “Toro” para inventarse un gol de la nada llegan los primeros aplausos del respetable. El tanto ha llegado tras una escalada de Sagredo por su banda derecha y un buen entendimiento con Ronaldo Martínez. Este tipo de asociaciones van a brillar por su ausencia toda la tarde. Los errores en salida regalan ocasiones a un Blooming que llega a creer en la igualada (con gol fantasma de yapa). Ver para creer. Con el 1-0 y el gualdinegro metido atrás, bajan pitos desde la grada.

Desenlance: la segunda es más de lo mismo. ¿Qué ha pasado con Willie Barbosa? El brasileño luce huérfano, tristón, desganado. Aún así, hace el segundo tras otra subida por banda de Sagredo y un empalme espectacular de volea. El 93 no celebra con nadie. Si el Tigre quiere luchar por el título, debe recuperar anímicamente al brasileño, el hombre diferente a falta de Vaca y Chura. Con la doble ventaja, Díaz saca a Martínez y Flores, los dos “wines”: el paraguayo cumple más en la banda que metido por dentro. Un palo de Villamil llega antes del gol de Blooming: ¿por qué es tan fácil desnudar al Tigre? Porque falta marca, intensidad, compromiso.

Post-scriptum: este Tigre obedece a la ley del mínimo esfuerzo. Hace lo justo y tiene un abanico de juego muy limitado. El milagro es que aún esté peleando el campeonato. El clásico dirá para que están estos jugadores (muchos de salida): despedirse con gloria o enojar más aún a la poca hinchada fiel que todavía alienta y no deja de alentar.