Se busca el gol, hay recompensa
El clima en torno a la Selección Paraguaya, compañero de banco de Bolivia (los dos tienen 12 puntos), es irrespirable. Ha ganado un punto de los últimos doce y su público, cuando se consumaba la derrota con Chile el jueves (0-1 en el Defensores del Chaco), arremetió con un canto que lo dice todo: “Ohhhh… que se vayan todos… que no quede ni uno solo…» Despidieron como DT a Eduardo Berizzo y llegó el ex Boca Guillermo Barros Schelotto. Pero también debutó perdiendo, y de local. Quedó octava la Albirroja y tiene la pavorosa cantidad de 9 goles a favor en 13 partidos. En 7 de sus 13 partidos no convirtió, una estadística condenatoria. Si clasifica sería un milagro de la vida. “Hay buenos jugadores, pero falta carácter. Lo dejan venir al contrario y le llegan mucho. Lo nuestro siempre se caracterizó por dar combate y cortar más arriba”, nos dijo Rogelio Delgado, capitán paraguayo en México ’86.
Después de haber estado en cuatro Mundiales consecutivos (1998-2002-2006-2010) el hincha guaraní se acostumbró a los triunfos y las alegrías, pero se terminó una generación combativa, de personalidad (Chilavert, Gamarra, Celso Ayala, Chiqui Arce, Santa Cruz, Tacuara Cardozo, Roberto Acuña, Justo Villar, José Cardozo) y entró en una noche interminable. No ha ido a las últimas dos Copas del Mundo y se puede ir apostando que tampoco viajará a Catar. Debería ganar los cinco encuentros que restan. Todo dicho. No es el único famélico de gol, veamos.
* ¿Y el grito sagrado…? Disputadas 13 jornadas, en la Eliminatoria anterior se habían marcado 187 goles; ahora, a la misma altura, se llevan 160, una disminución inquietante. La última fue la fecha más flaca en mucho tiempo: 7 tantos. Este es el premundial con peor promedio de gol desde que comenzó a jugarse todos contra todos en 1998: 2,50 por encuentro.
* ¿Será récord…? Si hoy terminara la Eliminatoria, Colombia clasificaría al repechaje mundialista con menos goles marcados que recibidos, 16 a 17, algo verdaderamente extraño. Y con 16 puntos sobre 39, o sea con un rácano 41% de eficacia. Uffff…
* ¿Y el juego…? Si lo del gol es preocupante, el juego no le pierde pisada. Vimos los cinco partidos de la fecha, ninguno fue interesante. Fútbol chato, desabrido, de escaso nivel, acorde a los últimos tiempos en Sudamérica. Echamos una mirada hacia atrás y, salvo el Argentina 3 – Uruguay 0 -brillante espectáculo- no recordamos otro que nos haya hecho saltar del asiento. Incluso Argentina parece haberse olvidado rápido de cómo era. Después de aquella sinfonía, hizo dos presentaciones muy pobres ante Perú y el mismo Uruguay.
* Ejército de lesionados. Estas fechas están signadas por las lesiones. Los jugadores actuales son atletas superentrenados, pero inundan la enfermería por la sobrecarga de compromisos y por la intensidad del juego. Nadie puede aflojar un solo minuto de los 95 ó 97 que duran los encuentros, caso contrario es señalado. Delantero que no colabora marcando, le cuesta el puesto. Si un jugador cualquiera pierde el balón con su equipo yendo hacia adelante, es muy factible que lo pague con un gol en contra. En el alto nivel no se perdona. Uruguay llegó a esta doble jornada de noviembre con ocho averiados: Cavani, Darwin Núñez, Maxi Gómez, Coates, De Arrascaeta, Viña, De la Cruz y Sebastián Cáceres. Muchos. Colombia, seis (Yerry Mina, Cuesta, Óscar Murillo, Matheus Uribe, Falcao y Stefan Medina). Perú se anotó con cinco, Bolivia cinco… Chile sufrió la ausencia de dos grandes figuras de su mediocampo: Aránguiz y Pulgar, titularísimos.
* Infantino “coopera”. Los periodistas catalanes armaron un once completo con los indisponibles del FC Barcelona: el arquero Neto, Dest, Eric García, Piqué y Sergi Roberto; Nico, Pedri, Ansu Fati; Dembelé, Agüero y Braihwaite. Pasa en clubes y en selecciones. Es un problema global. Para “solucionar” el congestionamiento de fútbol, el presidente de la FIFA quiere agregar un Mundial cada dos años, con su correspondiente eliminatoria. Y un Mundial ampliado, de 48 equipos, con más enfrentamientos. Pedri, la joven figura de España, jugó 73 partidos en una temporada entre club y selección. Un chico de 18 años. Infantino le quiere agregar diez más. ¡Para que descanse…! ¿Para quién juega Infantino…?
* Legión de amarillas. La misma intensidad física del juego y la exigencia por presionar lleva a una cantidad inmensa de amonestados, que juegan al borde de la cornisa. Colombia se presentó ante Brasil con ¡13 amonestados…! Argentina tiene diez, Uruguay también diez, todos así.
* Máquina. Brasil clasificó formalmente al Mundial de Catar de manera invicta y Tite alcanzó una marca impresionante: desde el primero de septiembre de 2016 (Ecuador 0 – Brasil 3) dirigió en 29 cotejos a la Verdeamarilla por Eliminatorias, con 26 victorias y 3 empates. Lo notable es que no termina de gustar en Brasil a gran parte del periodismo y a muchos hinchas. Lo ven eficiente, pero lo huelen conservador.
* La fecha soñada. Si Aladino se le aparecía a Ecuador y le ofrecía tres deseos antes de la última fecha de la Eliminatoria, hubiera respondido: 1) ganarle a Venezuela, 2) que pierdan Colombia y Uruguay, mis perseguidores, 3) que Brasil y Argentina, cuando deba enfrentarlos, vengan a Quito ya clasificados. “Concedido”, parece haber respondido el genio. Y cumplió a cabalidad. Ecuador no le pidió jugar bien. Eso dependía de sí mismo. No lo hizo.
* La avenida… Francisco Marinho fue uno de los laterales más espectaculares que este cronista haya visto. Jugó el Mundial ’74. Era una topadora que se iba al ataque siempre y hacía goles, pero a veces descuidaba su punta. Y lo aprovechaban los contrarios. Por eso la prensa decía que la banda izquierda de Botafogo era la Avenida Marinho Chagas. Por ahí pasaban todos. En Bolivia sucedió algo similar ante Perú, Bejarano inauguró una autopista por la cual llegaron los tres goles peruanos. Fueron calcados. Era un campo libre de cincuenta metros de largo por quince de ancho. Pasaba el imperio incaico completo. Así se jugaba hace sesenta años. Poco serio, impide analizar el resto del partido porque a los 38 minutos ya perdía Bolivia 3 a 0.
* Una buena. La aparición del ecuatoriano Piero Hincapié. Un líder notable, defensa para diez o doce años de selección. Jefe de manada y además lleno de clase, con una precocidad completamente infrecuente. Ojalá su cabeza esté en consonancia con sus condiciones. Estaremos frente a un crack espectacular. Está haciendo la carrera perfecta. Independiente Del Valle, Talleres en Argentina, Bayer Leverkusen. Escalón por escalón. Seguro subirá más.
* Aparición II. Cristian Romero, sensacional zaguero cordobés del Tottenham. Tiene todo: juego aéreo, un anticipo extraordinario (cualidad de los grandes defensores), clase para salir jugando, intuición de marca, fortaleza física y mental. También está haciendo la campaña ideal: Belgrano de Córdoba, Atalanta, Tottenham.
* Intereses. La búsqueda de una plaza mundialista ingresa para las asociaciones más en el terreno de la angustia que de la ilusión por jugar el Mundial. La alegría de una clasificación deviene inmediatamente en números y negocios. Intervenir en el máximo evento futbolístico garantiza un mínimo de 10 millones de dólares, sin contar las variables por clasificar estipuladas con los patrocinadores y los contratos adicionales que genera una participación. Pero, sobre todo, la tranquilidad política para los dirigentes. Significa una virtual reelección en el cargo. O sea, seguir usufructuando los privilegios que ello conlleva.
* Pechos fríos. Estaba por comenzar el partido Uruguay-Argentina. Un conocido relator uruguayo de Radio Nacional de Uruguay deslizó en el micrófono: “Con dos pechos fríos como Dybala y Di María no podemos perder, son dos heladeras”. Instantes después, a los 6 minutos y 40 segundos, pase de Dybala, gol de Di María. Ganó Argentina 1 a 0. Ese señor luego dice “¡Respeten el trabajo del periodismo…!”.