La tarde gloriosa del ‘Conejo’
Introducción: Bolivia necesita ganar para soñar con el repechaje. Uruguay también necesita puntuar para no alejarse más de Qatar 2022. Farías no negocia la línea de cinco. Este dibujo trae más problemas fuera de casa que en La Paz. Tabárez coloca un 4-5-1 con un solo delantero y reserva a Luis Suárez para la segunda parte. En Bolivia, los carrileros son Ramallo y Roberto Carlos Fernández; el doble cinco es para Justiniano y Villarroel; el enganche es para Arce; y la dupla de ataque para Martins y Ábrego. La idea es hacer un gol pronto para que la “celeste” se abra y salga.
Nudo: una morenada de la banda militar acompaña el juego parsimonioso de la “verde”. La consigna de Farías (en La Paz parece que dirige Escobar) es la paciencia. Los charrúas intentan explotar las espaldas de Ramallo y Fernández con Nández (por derecha) y Torres (por izquierda). Es un intento, es una idea. El pánico a la altura es más fuerte. El “Conejo” Arce, libre de movimientos, sin la dictadura del costado, comienza a manejar el “tempo” del partido, a su antojo. A la media hora, una pelota con conejo dentro, cumple el primer objetivo: marcar. Sobre el final, llega la paradoja: Uruguay pierde por arriba y Martins vuelve al gol. ¿Pase? Del “Conejo” y su “país de las maravillas”. La hinchada hace la ola. La banda toca “Collita”.
Desenlace: Tábarez mete a Suárez para volver a su clásico 4-4-2. Es la peor Uruguay en mucho tiempo, es un fin de ciclo. Farías/Escobar no cambia la línea de cinco pero si sus hombres: Enoumbá se mete de central; Ramallo pasa a la izquierda; y Bejarano ocupa el carril derecho. La “verde” se mete atrás y Farías grita: “salimos, salimos”. Sagredo salva un gol hecho. Los fantasmas entran al estadio. Entonces, llegan dos cambios salvadores: Saucedo refresca la contención (por un buen Villarroel) y Algarañaz entra para contragolpear (por un cansado Ábrego). Así, llega el penal. Martins falla pero la hinchada corea su nombre. Es un idilio de amor. Para enterrar todas las angustias aparece el hombre de la tarde: frentazo de Arce a pase de Saucedo, conexión CAR. El “olé, olé, olé” dibuja una gran sonrisa en todo el “Siles”. El “sí se puede” despide a los jugadores.
Post-scriptum: Bolivia sigue viva, esto ya es un “milagro”. El sueño del Mundial –difícil pues necesitamos puntuar afuera- sigue intacto. Necesitamos cuatro “milagros” más.