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Gaúcho y Ferreira, de la crisis al regocijo en la final de la Libertadores

Pasaron malos tragos antes de volver a la cima. Pero la espera valió la pena para Palmeiras y Flamengo, que en la final de la Copa Libertadores 2021 coronan un lustro de festejos dentro y fuera de Brasil.

Como a tantos equipos brasileños, durante años las deudas los asfixiaron y les arrebataron el protagonismo inherente a sus escudos. En el caso del ‘Verdao’, la mala hora los arrastró en 2012 al infierno de la B por segunda vez en su laureada historia.

GAÚCHO

Amante de la playa, irreverente y bañado en récords, Renato Gaúcho podría ser la postal del fútbol brasileño. Ahora al mando del Flamengo, el entrenador apunta a su tercer título de Copa Libertadores.

Desde que en julio firmó con los rojinegros en reemplazo del mítico Rogerio Ceni, Renato Portaluppi -su nombre oficial- suele ir a broncearse a la playa de Ipanema, un barrio acomodado en Rio de Janeiro.   Sin camisa y con lentes de sol, el técnico de 59 años se exhibe a las orillas del Atlántico. Allí lo captan ‘paparazzis’ o ‘torcedores’ del bicampeón del Brasileirao, el equipo más popular del gigante latinoamericano.

Aunque su relación con los aficionados del ‘Mengão’ ha sido tensa, en medio de reproches por flojas actuaciones en la Copa do Brasil y el Brasileirao, Renato tiene un salvoconducto en la final brasileña de la Libertadores, que disputará con Palmeiras el sábado en Montevideo.

De ganarla, el ‘Fla’ sumará su tercera conquista tras las obtenidas en 1981 y 2019 y alcanzará a Gremio, Sao Paulo y Santos, los equipos brasileños más laureados del certamen.

Pero, sobre todo, agrandará el mito del único compatriota de Pelé en ganar el principal torneo de clubes como jugador y entrenador. Tanto de botines (1983) como en el banquillo (2017), el oriundo de Guaporé, estado de Rio Grande do Sul, lo levantó con Gremio, donde es leyenda viva.

Varios hitos

En el ‘tricolor gaúcho’ se estrenó como atacante en los 80 y allí grabó su nombre en oro al marcar los dos goles de la victoria 2-1 contra Hamburgo en la final de la Copa Intercontinental-1983, la única ganada por el once de Porto Alegre.   Su talento de pantalones cortos hizo que Telé Santana lo llamara para la ‘Seleção’ que participó en el Mundial de 1986. Pero el legendario entrenador ahogó los sueños mundialistas de Renato, porque el entonces extremo protagonizó una noche de fiesta en la concentración antes del viaje a México.

Sin embargo, cuatro años después, Sebastião Lazaroni lo llevó a la Copa del Mundo de Italia, donde Renato intentó revertir, sin éxito, la derrota ante la Argentina de Maradona en octavos de final.

Aparte de la idolatría en Gremio, se ganó el afecto de la hinchada de Fluminense cuando anotó un histórico y decisivo ‘gol de barriga’ -otorgado oficialmente al mediocampista Aílton- en la final del campeonato carioca de 1995 contra el ‘Fla’.

Ya en los banquillos, Renato labró su historial de títulos en Gremio, especialmente en su segundo pasaje (2016-21), con la Copa do Brasil-2016, la Libertadores-2017, la Recopa Sudamericana-2018 y varios campeonatos estatales.   Al mando del ‘Flu’ rozó la gloria americana en 2008, pero Liga de Quito se quedó con la Libertadores.

«No cualquier entrenador llega a tres finales de Libertadores con tres clubes diferentes. Es fruto del trabajo del técnico con sus grupos», afirmó tras sellar el boleto del ‘Fla’ a la capital uruguaya.

Aquel triunfo 2-0 contra Barcelona (ECU) lo convirtió en el orientador con más victorias del torneo sudamericano (50).

FERREIRA

Suele salirse de casillas fácilmente. Pero desde que llegó al Palmeiras hace un año, ha disputado finales a dos manos. Aunque cuestionado por su estilo futbolístico, el técnico portugués Abel Ferreira acaricia el bicampeonato de la Copa Libertadores.

Aterrizó en Sao Paulo en noviembre de 2020 con el reto de sustituir al exseleccionador brasileño y exentrenador del Real Madrid, Vanderlei Luxemburgo, al mando del ‘Verdão’, el equipo más veces campeón de Brasil.

A fuerza de un fútbol de contragolpe, criticado por sectores de la prensa y afición, en doce meses Ferreira clasificó a los paulistas a seis finales locales e internacionales, incluida la que disputará el sábado contra el Flamengo de Rio de Janeiro en Montevideo.

De las cinco ya jugadas, alzó la Libertadores-2020 ante el brasileño Santos y la Copa do Brasil frente al Gremio.

Aquellos fueron los primeros títulos profesionales de un entrenador joven que fue profesor de educación física en una escuela de Portugal tras colgar los botines en 2011, y abandonar una carrera como lateral derecho que le permitió jugar en Sporting Lisboa y Sporting Braga.  

Aquel maestro tranquilo, nacido en Penafiel hace 42 años, ha tenido varias metamorfosis desde que desembarcó en la metrópoli latinoamericana.  

Ahora se mueve como león enjaulado en las zonas técnicas de los campos y de vez en cuando lanza zarpazos a los árbitros. Además de reprimendas, amarillas y rojas, sus reclamos aireados le han creado fama de volátil.

«Vivo el fútbol de una forma intensa y apasionada. Prometo que voy a esforzarme para portarme mejor. Me gusta aprender y todos los días quiero ser un mejor entrenador», se defiende.

¿Mourinho 2.0?

También ha lanzado pullas a la directiva esmeralda por falta de refuerzos y a los detractores de su estilo, comparado en Brasil con el de José Mourinho.

Ferreira aseguró que para eliminar al poderoso Atlético Mineiro en semifinales, se inspiró en el planteamiento usado por su compatriota en octavos de la Champions 2003/04.

Aquella vez, el Oporto de ‘Mou’ eliminó al Manchester United de Alex Ferguson en Inglaterra y, partidos después, levantó la ‘orejona’.  

Sus dirigidos destacan sus estrategias tácticas, pero las mismas son el centro de las críticas en su contra, porque a los ojos de sus detractores muchas veces están más pendientes de lo que haga el rival que de lo que pueda hacer su equipo.

«Abel es muy inteligente, sabe leer muy bien los momentos del juego. Entiende cómo juega el adversario y qué estilo encaja mejor» para vencerlos, dijo a AFP el mediocampista Raphael Veiga.

Los cuestionamientos se agudizaron luego de que Palmeiras quedó sin chances de ganar el Brasileirao-2021, tras una seguidilla de reveses entre agosto y noviembre.

Y con frecuencia le recuerdan su mayor lunar en Brasil: la cuarta posición en el Mundial de Clubes, disputado en Catar en febrero, la peor actuación de un equipo sudamericano en esa competición.

«Abel muchas veces es muy conservador, muy defensivo. A veces eso incomoda mucho al hincha palmeirense, que está acostumbrado a ver a su equipo atacando», explicó el comentarista Wagner Velloso en la cadena Band Sports.

(25/11/2021)