Héctor Garibay: ‘Nunca me rendí ni bajé los brazos’
Sus próximos objetivos son sobresalir en la maratón de San Silvestre en Brasil a fin de año y clasificar al Mundial de la especialidad
El fondista orureño Héctor Garibay, ganador de la maratón de Buenos Aires 2021 es un destacado atleta nacional que en pocos años logró situarse entre los referentes del atletismo de largas distancias.
Considera que los sacrificios que hizo en el pasado dan sus frutos y ahora disfruta del presente. Sus próximos objetivos son sobresalir en la maratón de San Silvestre en Brasil a fin de año y clasificar al Mundial de la especialidad.
Garibay conversó con Marcas en el programa srtreaming Tercer Tiempo que se emite por las plataformas del periódico La Razón.
–¿Cómo fueron sus inicios en el atletismo?
–Yo empecé el 2018, antes jugaba fútbol pero tuve una lesión y para recuperarme fui al estadio ahí conocí a los entrenadores Marcelo Peñaranda y Nemia Coca, ellos me invitaron a formar parte de su club, así di mis primeros pasos en el atletismo
Después asistí a campeonatos locales, vieron mi potencial y sobresalí, luego participe en certámenes internacionales y poco a poco me animé a correr distancias más largas como maratón.
–¿Recuerda su primer certamen internacional y qué anécdotas rescata?
-Sí, mi primer torneo internacional fue en el Sudamericano 2019. Estaba nervioso porque enfrenté a deportistas de nivel internacional, en la largada recibí un golpe en mi muñeca, se me adormeció la mano.
Después de ese campeonato mi moral estaba baja y empecé a entrenar más fuerte, en el siguiente torneo quería entrar entre los primeros.
¿Qué enseñanzas adquirió en sus primeros años?
En los eventos internacionales es otro nivel, cuando sales muy rápido después vas decayendo así se pierde el ritmo y vas de más a menos, mi entrenamiento se ha basado, con esa experiencia, a controlar el ritmo.
–La maratón, su especialidad.
Siempre me gustó correr largas distancias, es mi mayor potencial y la resistencia por eso corro maratón y media maratón.
–¿Cómo es su preparación diaria y semanal?
–Por semana recorro 130 kilómetros, por la mañana hago 10 kilómetros y por la tarde alrededor de 15, por día deben ser entre 25 y 30. Yo entrenó de lunes a sábado, por las mañanas me dedico a la pista y por las tardes trotes más suaves; los sábados es cuando hago distancias amplias, los domingos descanso.
–¿Y la alimentación?
–Sobre la comida me costó mucho dejar las masas, trato de comer semillas como chía, quinua y sésamo, también consumo api; al medio día sopas y muchas ensaladas.
¿Recibe apoyo de la empresa privada y entidades de Gobierno?
–Hace poco me incluyeron en el programa Tunkas, recién voy a recibir los beneficios pero sería bueno que a los deportistas individuales nos apoyen las empresas privadas porque no contamos con sueldo fijo y ahora lo que me mantiene es la gobernación de Oruro con los pasajes y algunos suplementos.
En otros países las empresas se pelean por auspiciar a los deportistas, yo no recibo nada de ese lado.
–¿Quiénes lo ayudan más?
–La gobernación me ayuda con los pasajes desde 2018. Agradezco al gobernador y al director del Servicio Departamental de Deportes así como a mi entrenadora Nemia Coca con el programa de alto rendimiento para los Juegos Olímpicos.
–El balance del año.
–En mi primera maratón saqué medalla de plata, después mi objetivo era romper el récord y se me dio, me esforcé mucho. Ha sido un año positivo más allá de no conseguir la marca para los Juegos Olímpicos fue una buena gestión.
–¿La maratón de Buenos Aires?
–Después de no conseguir la marca para los Juegos, empecé a entrenar para batir el récord de maratón, me preparé durante cinco meses, a finales de septiembre tenía que ir a Holanda, tampoco pude ir a España; a última hora conseguí pasajes para la maratón de Argentina.
Mi objetivo era batir el récord y ganar la participación para otras maratones, mi meta no era el primer lugar pero se me dio y es algo lindo.
–Un mensaje para los jóvenes que se dedican al deporte.
–Para mí es una motivación el triunfo, vale la pena los sacrificios y la disciplina, nunca me rendí ni bajé los brazos y ahora estoy con la mira en clasificar al Mundial de Oregón, Estados Unidos.