Bolívar ‘fala’ portugués
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Ricardo Bajo, columnista de La Razón
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Introducción: Antonio Carlos Zago insiste con la línea de tres, al más puro estilo Farías. El partido se juega en la cancha donde Venezuela le ganó a Bolivia con ese dibujo también. ¿Ve Zago los partidos de la “Verde”? Parece que no pues el brasileño repite los mismos errores: Bejarano (que hace de capitán) y Sagredo, otrora laterales, van de centrales. Los carriles son para Villamil (otro fuera de su sitio) y un letal Roberto Carlos Fernández. El único que defiende en la mitad de la cancha es Leonel Justiniano; a su derecha Carlos Melgar; y a su izquierda, “Patito” Rodríguez. La dupla de ataque “fala” portugués: Bruno Savio y “Chico” Da Costa. Un jovencísimo Deportivo Lara juega también de visitante pues su cancha está en obras.
Nudo: Bolívar sale a tener la pelota, a imponer su mayor calidad individual/colectiva pero un horror en defensa pone el 1-0 a los dos minutos. La primera parte va a terminar con un loco 2-3 merced a constantes fallos de ambos equipos. El “match” es de ida y vuelta, sin media cancha. Los celestes regalan buen fútbol con una sociedad zurda: Roberto Carlos y “Patito” se alternan para hacer daño. La dupla brasileña se entiende a la perfección gracias a las buenas migas de Savio y “Chico” (que anota un doblete). Ellos cuatro se bastan para destrozar una y otra vez a la famélica defensa “rojinegra”. El armazón defensivo de Bolívar –con carrileros muy altos- también hace aguas: Justiniano está solo, Melgar desaparece y los tres centrales se regalan una jugada sí y otra también, especialmente en la pelota parada. La “Academia” es un equipo partido, ataca con muchos hombres y retrocede mal.
Desenlace: la segunda parte es otro partido. Bolívar entrega la pelota y desaparece la presión en bloque alto. Entonces, Zago se da cuenta del desequilibrio y mete a Granell para hacer un doble cinco con Justiniano que luego deja la cancha por Lima. No entiendo a Zago. Los brasileños acusan el ritmo y dejan su sitio a un entonado Miranda y Ábrego. La “Academia” perdona a la contra pero termina sufriendo atrás ante un equipo «casero» sumamente endeble. Los celestes tienen plantel para formar dos equipos de calidad pero el desequilibrio defensivo es una tarea a remediar. La llegada de Haquín es una buena nueva.
Post-scriptum: el partido en La Paz debería ser un mero trámite ante la superioridad de uno sobre el otro. En la siguiente fase espera Universidad Católica de Quito. Eso será otra historia.