Todos locos, menos Abreu
El delantero centro de casa escucha insultos/reclamos que bajan desde la grada. Su equipo pierde contra todo pronóstico. El presidente local también aprieta y luego se retira de la cancha pegado a la malla. Entonces el nueve deja de jugar y persigue a su presidente por toda la banda con el partido aún en juego. El árbitro para el “match”, saca amarilla y expulsa al delantero que ya tenía una. Esto pasó el sábado en Villa Ingenio. Una hora después, la hinchada alteña no abandona el estadio y pide la cabeza del nueve y la del entrenador. También gritan “ahora sí, guerra civil”. El nueve es el argentino Marcos Riquelme, conocido como “El Pelado”. El entrenador es el uruguayo Sebastián Abreu, conocido como “El Loco”. Y el presidente es el veinteañero Andrés Costa. Abreu piensa para sus adentros: “¿y a mí me dicen el Loco?”. Riquelme, ex figura de Bolívar, sale y pide perdón; Costa sale y dice que las disculpas a veces no alcanzan.
Dicen que no hay nada más surreal que la propia realidad. Volvamos a la última fecha del torneo pasado. Always Ready se juega el título pero los jugadores hacen un paro por un retraso salarial. El CAR no logra su cuarta estrella y el presidente apuesta por una renovación total o casi. Se van jugadores emblemáticos como Ovejero y llegan otros junto un técnico inexperto con pasado de gran futbolista. Hombres de peso (como Arce, Cabrera, Ramallo, Enoumbá o Flores) se quedan y se ficha a otros de renombre como Chumacero (extrañamente resistido desde el minuto cero). Abreu impone exigencias físicas en los primeros entrenamientos. El grupo huele sangre y en sus dos primeros partidos en casa se deja cinco puntos con la Libertadores en la cercanía.
Hasta aquí los hechos, ahora vienen las preguntas: ¿manda en un club el presidente, el entrenador o los jugadores? ¿es un técnico sin experiencia el más indicado para manejar un grupo “pesado”? ¿ha tenido tiempo Abreu para conocer al equipo y al medio? ¿por qué se renovó a ultimísima hora al “Conejo” Arce? ¿por qué se insiste con Blanco/Chumacero? ¿por qué Cristaldo juega tan retrasado? Y la última de todas ¿tiene un nueve fiable Always Ready tras la marcha de Algarañaz a Egipto y el posible despido de Riquelme? Decía Salvador Dalí, genio del surrealismo, que la única diferencia entre un loco y él era que el loco cree que no lo está mientras él sabía que lo estaba. En Villa Ingenio, estamos todos locos, menos Abreu.