Senna, el ídolo eterno de la Fórmula Uno
El corredor brasilero de Fórmula Uno Airton Senna.
El mundo del deporte y el automovilismo en general recuerdan su trágica partida hace 28 años, desde cuando se hizo un mito.
El 1 de mayo de 1994, en la curva de Tamburello del Gran Premio de San Marino, en Ímola (Italia), el legendario piloto brasileño Ayrton Senna da Silva se estrelló con su bólido a más de 200 kilómetros por hora y falleció a los 34 años, siendo una de las tragedias más recordadas del deporte.
De acuerdo con el portal Latin.us, a 28 años de ese trágico accidente, el recuerdo de Senna sigue más vivo que nunca, sobre todo en el deporte ‘tuerca’ y en Brasil en especial, donde desde el fútbol hasta la sociedad brasileña en general le rinden homenajes.
El Corinthians, del cual era hincha, le rindió un emotivo recuerdo este fin de semana con banderas alegóricas e imágenes del piloto. En Río de Janeiro, el Cristo del Corcovado iluminó con sus luces relacionadas a los colores que tenía el casco del ícono brasileño.
No es el piloto con más títulos, logró tres mientras vivió, sin embargo, cautivó con su forma pasional de encarar la Fórmula Uno, un velocista nato y personalidad sin igual que lo hicieron mito desde que pereció.
Según los reportes de la época, Senna estaba en la séptima vuelta en el autódromo Enzo y Dino Ferrari, ingresó a una velocidad de 309 kilómetros por hora, cuando encaró la curva bajó a 209, pero el impacto fue inevitable y el auto se hizo trizas.
Fue rescatado aún con vida, pues se dijo que movió la cabeza, pero en realidad la tenía fracturada, el cráneo fue golpeado por un neumático y su casco fue perforado por una barra.
Coinciden que es una leyenda mundial por su carisma sin igual dentro y fuera las pistas. Piloto excepcional al que daba gusto verlo manejar sin ayudas electrónicas, solo con caja manual y sin protecciones extras.
Aseguran que es el único que podía sentarse junto a otra leyenda, el argentino Juan Manuel Fango, ídolo de la F1 de otra época.
De acuerdo con el portal As.com, fue el maestro de correr bajo la lluvia, libró grandes batallas con el francés Alain Prost, de quien la prensa de la época decían era su enemigo, porque era un clásico verlos competir. «La vida es demasiada corta como para tener enemigos, fue una de sus grandes frases.
Otro año que los expilotos y el mundo deportivo lo recuerdan por su inigualable personalidad.