Always muestra su peor cara
Imagen: Archivo
Ricardo Bajo, periodista
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Introducción: Boca Juniors llega al «Siles» último en el grupo y con la necesidad de puntos. Always Ready no puede dejar escapar más unidades de local tras el empate ante Deportivo Cali. Villegas deja afuera del “eleven” titular a Riquelme y Chumacero. La “banda roja” juega con “Pipo”; Enoumbá-Rambal-Cabrera-Flores; Adrián-Blanco; Arce-Cristaldo-Borja; y el nueve Torres. Battaglia, sumamente criticado por su fútbol mediocre, coloca un 4-1-4-1 para hacerse fuerte en el medio y confiar en el tridente formado por Romero, Salvio y Vázquez. La curva sur se llena de hinchas boquenses llegados de toda Bolivia y parte del extranjero. Boca termina jugando de local en La Paz.
Nudo: la pelota y el dominio del “match” corresponde a los xeneizes que no llegan con claridad al arco de Giménez. El CAR se pone en modo contragolpe. La sociedad Flores-Cristaldo por izquierda es la única que inquieta la valla de Rossi. Los albirrojos se complican toda la noche con pelotas en salida, entregadas religiosamente al rival, una vez sí y la otra también.
El inexistente penal resultado de un pelotazo de 30 metros de Romero levanta la suspicacias locales. El peruano Ortega siente el peso de la camiseta de Boca en la Conmebol. Los regalos recibidos por la terna arbitral de la mano del vicepresidente Juan Román Riquelme provocarán el reclamo del CAR ante el ente sudamericano. El gol del “Toto” Salvio va a ser el único en el “score” final.
Desenlace: la entrada de Riquelme y “Chumita” no cambia el panorama. Always es incapaz de entregar tres pases correctos. Un centro de Enoumbá a la “testa” de Riquelme hace ilusionar en vano a la hinchada alteña apostada en la curva norte. El “puro huevo y corazón” que demandan los hinchas en un “trapo” no va a aparecer nunca.
El desempeño individual del CAR -con jugadores desentonados como Arce y Cristaldo, los llamados para la creación- deja mucho que desear. Boca, al contragolpe, perdona un marcador más abultado. Los “refuerzos” extranjeros de la “banda roja” también desentonan y Mauricio Cortés termina expulsado, pasado de rosca, sobreexcitado como Ramallo en la “Bombonera”. El pelotazo hacia la nada acaba siendo el único recurso.
Post-scriptum: los de Villa Ingenio terminan firmando su peor partido en Copa con cero ideas y constantes equivocaciones en las entregas. Ahora solo queda ir por el milagro en los dos últimos partidos de visita, primero en Cali y luego en Sao Paulo para -por lo menos- pelear el tercer puesto que da derecho a seguir vivo en la Copa Sudamericana.