El Tigre vuelve a la vida
Introducción: la cancha potosina del “Víctor Agustín Ugarte” es un campo minado. El Tigre no juega nunca solo y aparecen hinchas gualdinegros en la curva norte del barrio de San Clemente. Ramondino, el segundo que siempre fue el primero, sorprende con la titularidad del joven cruceño Fabricio Quaglio (ex Blooming y proveniente de la segunda división danesa) y con el «doble nueve» (Prost y Triverio). El entrenador argentino/cordobés de Nacional, Flavio Robatto, aparece con una parca del Paris Saint Germain.
Nudo: The Strongest se mete atrás ante un rival menor para jugar a la “contra”. Así será recordada la etapa de la dupla Díaz/Ramondino; nunca entendieron la idiosincrasia del club. Los potosinos llegan al arco de Viscarra pero carecen dramáticamente de definición. Al cuarto de hora llega la jugada surrealista del “match”: contragolpe lanzado por Quaglio (de buenas maneras), habilitación de Esparza y entrega/regalo de Prost al arquero Mustafá. ¿Cuántos jugadores trajeron Díaz y Crespo que nunca supieron donde estaban? Prost es uno de ellos; el Tigre se le quedó grande.
La única carta de ataque de la visita son los centros de Esparza al doble nueve; posición donde Triverio y Prost se chocan. ¿No se entrena en Achumani quien debe caer a banda y quien debe esperar el pelotazo? La roja contra Mustafá allana el camino de lo que va a ser una goleada. El VAR vuelve más lento aún nuestro fútbol “lenteja”. El 0-1 de Richet Gómez llega para decir que el Tigre es más práctico y letal que su rival.
Desenlace: la entrada de Arrascaita por Quaglio en el descanso cambia todo. El yungueño con segundo apellido de gloria stronguista (Iriondo) revoluciona el partido; jugando suelto en la mitad de la cancha. Nacional sigue perdonando, adelante y atrás. A la hora llega el 0-2 con la triangulación Esparza-Arrascaita-Triverio. El tercero es producto de otra asociación: Triverio-Arrascaita-Triverio. Cuando Tobar se acuerda de marcar, ya es demasiado tarde. La candidez del arquero suplente de Nacional entrega el cuarto y el ”Pito” Sotomayor se suma a la fiesta oro y negra con el quinto. El Tigre resucita cerca de los eternos socavones del Cerro Rico donde tantos lloraron lágrimas de metal, donde demasiados muriendo por la codicia de unos pocos.
Post-scriptum: el anuncio de la asamblea del Tigre del domingo debe ser el principio del fin de esta agonía/pesadilla. Los jugadores así lo han entendido, mandando la primera señal. La unidad (y unas elecciones libres/limpias) son el sendero a seguir por la institución del día y de la noche. ¿Alguién se acuerda de Henry Vaca?