Es el Tigre de Viscarra
Introducción: el Tigre -de vino tinto- busca la octava victoria al hilo. Es el primer partido de visitante de la era “Pampa” Biaggio. El Pajonal de Real Santa Cruz es un campo minado. Es una cancha de infausto recuerdo para los gualdinegros. La hinchada stronguista se hace presente y un “trapo” dice así: “el Tigre contra todos, todos contra el Tigre”. En el “eleven” titular de la visita, Sotomayor ocupa el lugar del lesionado Esparza. El juvenil es Daniel Lino, lateral por izquierda. El argentino Andrés Marinangeli coloca el mismo dibujo que The Strongest: un 4-4-2 con los dos caribeños (Jean y Romero) dispuestos a correr y correr. Los leones van a acusar los cinco días que llevan sin entrenar para exigir el cobro de sus salarios.
Nudo: el Tigre no se mete atrás, como en la época de Díaz/Ramondino. A pesar de eso, las mejores chances son para el local, todas para el lucimiento de un espectacular Guillermo Viscarra Bruckner, el mejor arquero del campeonato, luchando día a día también por la titularidad en la selección boliviana (con el permiso de Lampe). Viscarra, por tener, tiene hasta suerte pues dos veces se va a estrellar la pelota en su palo. En el último minuto de la primera parte llega lo que iba a ser el golazo de la fecha; lo que es (hasta que el VAR dice que no) el mejor tanto de Martín Prost con la oro y negro.
Desenlace: Biaggio sienta a Lino y coloca a Villamil. La arenga en el vestuario espabila al Tigre que decide olvidar una pésima primera parte. Entonces Prost, a la tercera después de fallar un gol hecho a medio metro de Franco, adelanta de carambola a su equipo en el “score”. Es una trabajada victoria. El colombiano Michael Ortega vuelve a tener minutos por un “Pito” Sotomayor que en banda izquierda se pierde. Los stronguistas se ponen en modo contragolpe, pagan con su propia medicina a los criollos orientales. Ni siquiera la roja contra Castillo a falta de 20 minutos altera el plan del “Pampa”. Viscarra se disfraza de super héroe atigrado; volando va, volando viene hacia todos los ángulos posibles (tapa el quinto penal de once pateados). En contragolpes letales, van a llegar dos goles más (de Ortega, por fin, y de Saucedo).
Post-scriptum: el Tigre se consolida en la punta y el sábado recibe a las “fieras” de Palmaflor. Lo mejor de todo es su actitud, su compromiso, su jerarquía, su atrevimiento, su convicción. Es un Tigre frontal y vertical, que ataca y ataca aunque juegue con uno menos. Y tiene al mejor arquero de toda Bolivia. Es la garra que enamora. Ahora tiene que defender esa ventaja y no la rifarla como en años anteriores; ahora son todos contra el Tigre.