San JULIANic
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El periodista Oscar Dorado Vega
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Argentina finalista. Descomunal merecimiento y justicia.
Dicho sea de paso fidedigno reconocimiento al fútbol de esta parte del mundo, el mismo que llega a la Copa del Mundo tras la clasificatoria más compleja de todas cuantas existen.
Croacia desapareció en el estadio Lusail. Por caso, cedió el invicto. Tuvo el balón durante media hora y no supo usarlo. Lo tocó con pulcritud pero lateralizado, sin estropear.
La albiceleste debió retroceder. Atenta, ordenada y presta a recuperar. Y sí trabajó —vaya paciencia y aguante— en pos de capitalizar su momento. Y ese momento llegó con un notable pase de Enzo Fernández a Julián Alvarez —aquella sociedad de River Plate, fresca todavía en el tiempo, que moldeó Marcelo Gallardo— y el atacante ( ¡ cuatro aciertos en su primer Mundial ! ) partió raudo hacia el gol, el arquero Livakovic le cometió falta y Lionel Messi, desde el punto penal, abrió la cuenta mediante un zurdazo alto, colmado de precisión, violencia y certeza.
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Ahí, con mucho trámite por delante, el equipo de Slatko Dalic extravió la orientación. No entendió lo que acontecía y el planeta observó como Alvarez escapaba desde atrás de mitad de cancha —contragolpe sublime— nutrido de fortaleza, convencido que su andadura no podía tener otro destino que el dos a cero.
Y el tercero rondó antes del entretiempo. Mac Allister obligó a una formidable tapada del portero de la selección aún subcampeona del orbe. Al frente, dato no menor, Martínez ocupaba un palco de cercano espectador.
Las genialidades desarman cualquier táctica futbolística. Sobrepasan lo previsto y aniquilan la planificación de mayor acuciosidad.
Quiso la dirección técnica balcánica poblar de fornidos delanteros el transcurrir de la etapa final. Perdió la escasa creatividad exhibida ( Fernández borró a Luka Modric ) y el timón del cotejo no dejó de ser argentino, basado en una defensa extremadamente sólida, con los volantes prestos a recobrar y asistir a Lionel Messi —nuevamente figura de excepción— a quien Dominik Livakovic le bloqueó el tercero, que de todos modos se consumó minutos después, cuando el capitán se floreó ante la zaga y Julian Alvarez apareció para liquidar la semifinal.
Macizo desempeño del campeón de América. Sin puntos bajos. Palabra de enaltecimiento a otro Lionel. Scaloni, el entrenador.
Argentina se impuso sin la menor de las objeciones porque opuso argumentos —sincronizada mezcla de funcionamiento colectivo y arrestos personales— que Croacia nunca logró invalidar. No todos los encuentros responden a una misma lógica y los de camiseta cuadriculada pensaron y ejecutaron la faena como frente a Brasil.
Párrafo aparte —con el perdón de Messi— destinado a Julian Alvarez ( San Julianic, título de esta columna como humorada y ocurrencia de las letras con las que finalizan varios de los apellidos croatas). No es común advertir a un delantero que sea eficiente y noble primer defensor. Se cansó de marcar e imponerse sobre rivales de mayor envergadura física, corrió como pocos, convirtió dos veces y demostró porque, a nivel de club, Josep Guardiola lo escogió.
Imposible no remontarse a la mañana del martes 22 de noviembre. ¿ Lo recuerda ? Argentina 1 – Arabia Saudita 2. Sí. La cuestión no es como empieza, sino como termina…Aunque el escalón crucial esté marcado para el domingo.
(13/12/2022)