Fue el editor fundador de Marcas. Ligado al periodismo cerca de tres décadas, dos de ellas en el ámbito deportivo y, paralelamente, se abocó a la docencia universitaria en las carreras de Comunicación Social, Sociología y Filosofía. Cuenta que su pasión es la lectura diaria, en la que no perdona un día sin lectura.
—¿Cómo surgió Marcas?
—En La Razón me confiaron el suplemento deportivo, pero había un día que era muy flaco de ventas, y eran los viernes, entonces, se presumía que podía mejorarse con el deportivo. Se le dio el nombre con ese apelativo, muy propio de nuestro occidente, con la ‘ese’ fuerte.
—¿Escogió el nombre?
—Yo no elegí el nombre, fue la gerente de entonces sostuvo que se la denomine Marcas, un poco con esa variante porque sabíamos que en España había el deportivo Marca.
—¿Se considera el padre de Marcas?
— Yo no me considero el fundador, sino quien capitaneó el inicio de un proyecto del periódico La Razón, luego vinieron Escape y otros productos en los que aportamos con criterio y así surgieron otros suplementos.
—¿Con qué características nace la revista Marcas de los viernes?
—Salió en formato revista, chiquita con 40 páginas, con una miscelánea de sectores variados y diferentes al de la coyuntura, sin que falte esta.
—¿En los 90 cómo era la coyuntura periodística?
—Cada producto responde a una situación secuencial del tiempo en que se vive. Cuando nace Marcas en 1993, había que remontarse allá, el hombre no puede renunciar a su entorno y a esas circunstancias. Entonces, había mucha pasión por el fútbol, con un presidente con esa afinidad como Jaime Paz Zamora y, luego, vino la clasificación al Mundial.
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—¿Cómo era esa situación secuencial en ese 93?
—El interés de participación y atención por el fútbol era mayor, además que la gente leía mucho más y sentía esa necesidad del papel.
—¿Alguna diferencia de Marcas con otros espacios deportivos?
—Creo que pusimos nuestro sello de filosofía, no solo narramos el qué, sino el porqué. No solo decir qué ocurrió, sino por qué. Quizá ese fue nuestro pequeño añadido al producto, que los lectores detectaron.
—¿Alguna otra característica?
—Soy apasionado de las matemáticas y pusimos números. Vengo de Cabalgata Deportiva y Carburando, gente que sabe (especialista en transmisiones automovilísticas).
—¿Se mantuvo la esencia del producto o hubo variantes?
—Como salía todos los viernes, se tenía un recuento semanal, teníamos análisis de un tema, una nota reflexiva, el factor numérico y miscelánea de otras notas. Recuerdo que a causa de una de ellas, esa publicación le costó la salida a un ministro de estado, pese a que la nota salió en un área de trivialidades. Entrevistas de sacar cosas no conocidas que puedan atraer al público.
—¿Cómo fue ese detalle de ponerle filosofía o sociología a Marcas?
—Pasa que el fútbol no es un hecho de 90 minutos y pare de contar, sino que es una sociología en casos anteriores. Por ejemplo, la selección jugará contra Colombia, entonces, toca realizar y averiguar no solo de la parte futbolera colombiana, sino de qué es Colombia, qué tipo de personas tiene, cómo viven el deporte, el fútbol, es decir, no solo dar lo deportivo. El plus es no solo deportivo, sino el matiz de lo sociológico.
—¿Qué es el periodismo?
—No es solo escribir, sino escribir bien y la última fase, se debe escribir bonito. Uno tiene que atrapar al lector y lo más importante, ser veraz, que es el tesoro de todo periodista y medio cuidar esa figura.
—¿Qué destaca o recuerda de cuando estuvo en Marcas?
—Que un proyecto no es particular, sino de conjunto, de una serie de energías. Sino tenía el apoyo del gerente René Ferreira, no sé qué éxito se hubiera tenido. Y el conjunto de energías es vital, los compañeros de equipo. Uno como editor puede llevarse la parte más dura del trabajo, pero sin los demás es complicado.
—¿Cómo se hace para que ese equipo pueda seguir con el producto?
—Primero, tener un trabajo mancomunado, coordinado, dialogado, planificado y con la persona al frente que decida, ya después dados los argumentos del equipo .
—¿Qué era Marcas para usted?
—Era la representación de una expresión válida del deporte en la sociedad. El deporte es transversal y benéfico para el país, es sustancial. Por ejemplo, una provincia de España que es desconocida, pero su equipo de fútbol trasciende, pues la conocen por ese efecto deportivo. Y Marcas es casi sinónimo de La Razón y de La Paz en el ámbito deportivo por transmitir esas sensaciones.
—¿Ese efecto deportivo se da en otros aspectos?
—En muchos, por ejemplo, Tahuichi no solo es una escuela de fútbol, es la expresión de un pueblo que mueve pasiones y voluntades, es un fenómeno social. Esos muchachos se hicieron ganadores y eso contagió a una región que se hace ganadora. Ya no solo quieren ganar en fútbol, sino en otros deportes, y luego en economía, en el ritmo social y en lo político. Miren San José, que a Oruro se le quitó una parte esencial, entonces, ese hecho deportivo cala hondo en esa región y si vemos desde lo sociológico, pues se da otro análisis.
—¿Cuando nació Marcas se pensó llegar a muchos años?
—Ya son 30 años y en su momento dijimos que se quería hacer un producto que se acercara a Panorama, la revista deportiva de los años 60 de Mario Cucho Vargas y Lorenzo Carri, pero no sabía que daría para largo y la pasión superó muchas cosas, y eso no es mérito personal, sino de quienes preservaron y potenciaron el producto, seguramente de los ejecutivos de la empresa y entienden que el deporte es un fenómeno social por excelencia del siglo XX.
—¿Qué siente cuando le dicen Marcas tiene 30 años en impreso?
—Me viene un orgullito de por medio, pero soy más amigo de Machado, ‘caminante no hay camino, se hace camino al andar’, no me gusta ver la vida en retrovisor, prefiero mirar el presente y futuro. Ahora es esta otra realidad y cambió la comunicación. La gente cada vez lee menos, y peor menos profundo, solo ve 500 o 600 caracteres y es más presurosa. Lamentablemente, se pierde lo profundo, lo básico, eso es algo de filosofía, saber qué hay detrás.
—¿El futuro para los impresos?
—Los periódicos deben girar a lo digital, pero nunca renunciar al olor del papel, ‘lo que está escrito, escrito queda” y no creo que perezca, eso se habla hace dos décadas y seguirá porque es un órgano escrito, un documento, un testimonio que hacen parte de la historia. No se cansen de escribir que no es para el presente, sino que se escribe para el futuro.
(27/03/23)