Es otro Beñat
Imagen: Archivo La Razón
Ricardo Bajo
Imagen: Archivo La Razón
Introducción: el “speaker” del club Bolívar canta los nombres del “eleven” celeste y la hinchada corea los apellidos. Ramiro Vaca es recibido con ovación.
El pedido del presidente Marcelo Claure de regalar una buena asistencia no se cumple.
Algo pasa en una ciudad como La Paz que ha perdido el hábito de ir a la cancha (el clásico del viernes será otra cosa, por supuesto).
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Beñat San José coloca un dibujo ultra-ofensivo; en el pasado quedan los planteamientos defensivos/timoratos del vasco/donostiarra. Hervías, puntero derecho, se coloca como extraño lateral.
En el medio están Villamil (de cinco), Justiniano (de ocho) con cuatro hombres en la ofensiva: Vaca, el chileno Ronie, Lucas Chávez y Carmelo Algarañaz. Royal Pari se para con línea de cinco para tapar las bandas “académicas”. Será un equipo atrevido.
Nudo: el equipo “inmobiliario” se va a cansar de fallar cara al arco de Lampe; con puntería otra cosa hubiese sido el “score”.
Bolívar es vertical, toca de primera, es una tromba cuando aparecen los espacios. La apuesta, descaradamente ofensiva, enamora a la hinchada.
El problema es el equilibrio, el problema nace por la derecha cuando Hervías, el riojano (ex Málaga), sube y sube, centra y centra, gambetea y gambetea pero no retrocede. El desorden es incluso táctico pues Villamil hace doble laburo: de cinco y de “bombero” en el lateral derecho. Royal Pari ataca poco ese flanco descubierto. El chileno Ronie Fernández no es el mismo de hace seis años.
Ramiro Vaca intercambia posiciones constantemente y “Justi” se siente incómodo con su nueva tarea por delante de un omnipresente Villamil. El uno a cero del descanso es engañoso.
Desenlace: en la segunda parte, Beñat rectifica y arregla la cosa. Diego Bejarano se pone de lateral derecho (en sustitución del juvenil Lucas Leónidas Chávez) y el equipo se para mejor, más ordenado. El tempranero gol de Villamil (dos a cero) parece cerrar el partido.
Cuando a los doce, Algarañaz pone el tercero en una “contra” magistral iniciada con toque de primera de Justiniano, parece anunciarse una goleada de escándalo que nunca va a llegar. Lo que aparecen son los problemas defensivos, ya desnudados en la primera parte.
Los cuatro hombres de refresco (el brasileño Poveda, Moisés Villarroel, Melgar y John Jairo Velasco) suman minutos y variantes. El partido termina como en Montero; con un Bolívar de más a menos.
Post-scriptum: la tarea de Beñat será ardua. Tiene plantel para armar dos equipos de calidad. Pesa sobre su conciencia su otrora fama de defensivo y ahora “obligado” por el potencial del equipo armado conjuntamente con Claure debe encontrar -a la brevedad posible pues la Libertadores está a la vuelta de la esquina- un onceno reconocible, una idea de juego sostenida donde el equilibrio (defensa-ataque) sea una virtud y no un defecto.
(12/02/2023)