El invicto no se toca
Imagen: Archivo La Razón
Ricardo Bajo
Imagen: Archivo La Razón
Introducción: el dos por uno provoca el regreso, “in crescendo”, de la hinchada gualdinegra que casi llena la curva sur. Habrá colas hasta el minuto 20 para ingresar a la popular.
El club debe colocar más personal cuando organiza estas promociones. Rescalvo, tras varios partidos, vuelve al dibujo del “doble nueve” con Triverio de báscula y Arias de centro delantero.
La otra novedad es el cinco colombiano de Robles. Real Tomayapo de Richard Rojas sorprende con una línea de tres centrales y dos carrileros muy altos (Mamani por derecha y Noble por izquierda).
Será un digno rival, se caerá sobre el final; no se llevará nada, no por falta de atrevimiento, sino por falta de puntería.
Nudo: la posición del lateral derecho del Tigre sigue siendo un problema. El juvenil Ronald “Chacho” Bustos es el punto débil y los rivales lo saben, por eso juegan a su espalda. Así llega el sorprendente cero a uno gracias a una pared mágica de Thiago Ribeiro con Matías Noble.
No toda la culpa la tiene el “Chacho” pues Ursino no ayuda. El Tigre busca un central pero debería salir a la caza de un lateral. Al minuto 18, Rescalvo manda a calentar a los seis de la banca. Van a estar casi toda la tarde trotando, esperando a que nada pase, como Godot.
En la primera parte es un Tigre de izquierdas; solo ataca por ese costado con Chura, Roca, Arrascaita que cambia de banda… El “doble nueve” necesita más tiempo: no es una buena tarde para Triverio.
Desenlace: en la segunda el Tigre se vuelve de derechas. Quiroga ha entrado por un desaparecido Robles e Isnaldo lo hace por Bustos para que Arrascaita se coloque como lateral derecho. Por eso los ataques se multiplican por esa banda. En una segunda jugada y de rebote, Arias pone el empate, es su tercer gol.
El Tigre es una tromba, es el equipo de las remontadas. Cree siempre. Y por eso lo da vuelta. Porque no deja de creer. Nunca. El colombiano Ortega entra tarde por Arias; se coloca de enganche con Triverio de nueve. A ratos, ese dibujo es más “normal” pero Rescalvo sabe más que todos nosotros.
La luna se asoma a la solitaria curva norte, es un buen presagio. Entonces llega la jugada que paga la entrada: es un golazo soberbio al ángulo de Chura, de pelota parada, casi junto al corner.
La recta corea “Chura, Chura”. El cruceño será elegido figura del “match”. El mejor, por sacrificio y tres pulmones, será Jaime Arrascaita. Triverio pone el tercero de penal sobre el final; servirá para recuperar confianza.
Post-scriptum: el invicto del Tigre se mira y no se toca; van cinco al hilo. El equipo de Rescalvo, atascado por momentos, gana incluso cuando no juega bien. Es un mensaje.
(05/03/2023)