Una victoria de overol
Imagen: Archivo La Razón
Ricardo Bajo
Imagen: Archivo La Razón
Introducción: el cuerpo técnico de Wilstermann calienta el clásico nacional. Va a ser un partido de perro. Hay “cuentas pendientes”. Y jugadores como Chumacero, Esparza y Cardozo tienen ganas de “reivindicarse”.
Díaz monta un 4-5-1 engañoso pues atacará todo el “match”. Biaggio coloca su onceno de gala, necesita los tres puntos para alejarse en la punta, sanar las heridas tras la derrota justa en Villa Ingenio y llegar con el mejor ánimo al partido del año; el miércoles ante Sporting Cristal (miércoles, 22.00 horas, Siles) por Libertadores.
El “Pampa” vuelve al dibujo que mejor le sienta al equipo: el 4-2-3-1 con Chura, Ortega, Quaglio y Triverio, arriba. El trío arbitral salta con una pancarta contra el racismo.
Nudo: el “rojo” se planta con dobles laterales y comienza a tirar pelotazos a su único delantero, “Tucu” Esparza, que no hace gol porque no tiene oficio de goleador.
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Es una cuestión de velocidad (y actitud)
El Tigre solo llega al arco de “Pipo” cuando tiene espacios a la contra. Solo un jugador, el “Mago” Ortega se empeña en jugar por un medio hiperpoblado de “aviadores”.
Solo gracias a su extrema habilidad gambeteadora, logrará combinar con Ursino para que éste suelte un zapatazo que abra y cierre el marcador. Es el tercer gol en el campeonato del ocho, que poco a poco vuelve a su nivel. Se abrazará con toda la banca en un signo de unión del plantel.
Es casi un gol de Ortega pues es el colombiano el que ha jalado marca para recibir una pared que no existirá y aclarar el panorama para Ursino.
Ortega devuelve la plata que gasta cada hincha, es tremendo jugador. Cada vez que agarra la bola, sabes que algo diferente puede pasar. En un Tigre con problemas de fútbol, el diez despeja todas las dudas.
Desenlace: en la segunda parte, el “imperio escarlata” sale decidido a empatar. Díaz coloca un 4-3-3 con la entrada de Castellón y Rudy. No lo hará porque no tiene (un hombre) gol. No lo hará porque a veces se nos olvida que el mejor arquero de Bolivia (de lejos) se llama Billy, se apellida Viscarra y tapa en la valla del Tigre.
El último tercio del encuentro se convierte en un ida y vuelta. Los del “Pampa” se quedan con las tres unidades a puro golpe de corazón y sufrimiento. Su juego no entusiasma (salvo las pinceladas de su “Mago”) pero cuando se pone el overol de laburo saca los partidos adelante, que de eso se trata.
Post-scriptum: el Tigre es más líder que nunca, recupera la ilusión y llega con toda la fe a la Libertadores. Necesitará que aparezca un desaparecido Chura, que Arrascaita vuelva a su nivel, que Viscarra siga siendo Viscarra y que la sociedad Ortega-Triverio se entienda a las mil maravillas. Sí se puede (clasificar).
(05/06/2023)