Es la noche más negra
Imagen: Archivo La Razón
Ricardo Bajo
Imagen: Archivo La Razón
Introducción: en otra noche fría llegan 15.000 hinchas stronguistas a la cancha en otro partido que arranca a las 22.00, horario demencial impuesto por la televisión y la organización.
Hay mil hinchas de Sporting Cristal en la bandeja alta de la curva norte. Van a celebrar de lo lindo con bengalas (prohibidas) incluidas.
Cuando los gualdinegros saltan al verde ya saben que River Plate va ganando en Buenos Aires a Fluminense. Biaggio opta por Sotomayor y Arrascaita para desbordar por los costados.
Los demás son los mismos.
TAMBIÉN PUEDE LEER:
El brasileño Tiago Nunes se planta con un 4-4-2 para ir por el partido pues solo le vale la victoria para soñar con la Sudamericana.
Nudo: el Tigre es un vendaval de inicio. En siete minutos fabrica tres chances de gol. La noche pinta bien.
Tocando de primera, por dentro y por fuera, llega el merecido tanto después de una buena combinación entre Ortega-Ursino-Arrascaita que cambia por gol Triverio en su cuarto gol en la Copa. Va a ser un espejismo, nomás.
A los diez minutos empatan los celestes peruanos porque el Tigre no marca, porque Ursino se resbala, porque Quiroga se abre, porque la presión alta dispuesta por Baggio es un bluf (en la liga espera siempre atrás).
Es una cadena de despropósitos que se va a repetir. Ni la roja del defensa peruano Chávez facilitará las cosas. El Tigre no hará sentir jamás que juega con uno más. Ortega entra poco en contacto con la pelota.
Desenlace: la segunda arranca como fotocopia idéntica de la primera pero el huracán no se refleja en el “score” (palo incluido de Ortega).
Los hinchas peruanos cantan “si se puede” cuando sus jugadores saltan tras el descanso. Y podrán gracias a los regalos del “Pampa”.
El primer cambio incomprensible es Roca (de constantes subidas por su banda izquierda) por Junior Arias para jugar con doble nueve (y Sotomayor de lateral). Ese dibujo no funciona y Baggio no se quiere dar por enterado.
Entonces la Preferencia y la Curva Sur piden a Chura. El argentino trata de solucionar su error y mete al central Pedraza (por un alicaído Arrascaita), para que vaya a cubrir el lateral zurdo. Llega el gol de la visita tras una contra peruana con el Tigre volcado sobre la sur.
Solo cuando arrecian los gritos por Chura, llama al extremo cruceño y a John García (por Sotomayor y Torres). Entonces el desbarajuste es mayúsculo: un 3-5-2 que no ha practicado nunca en Achumani y la apelación al puro ollazo. Es el desorden completo, es la improvisación absoluta.
Post-scriptum: Biaggio no es técnico. No se ve una idea. Lo bueno que dejó Rescalvo se ha esfumado. El Tigre que soñaba con los octavos de la Libertadores se queda sin nada, ni siquiera el consuelo de la Sudamericana. Es la noche más negra.
(08/06/2023)