Contra todo, contra todos
Imagen: Archivo La Razón
Ricardo Bajo
Imagen: Archivo La Razón
Introducción: el Tigre demostró firmeza en los despachos con una defensa irrenunciable de sus derechos. El presidente Héctor Montes rompió viejas ataduras con el club Bolívar y la Federación para lograr una victoria fuera de las canchas.
Mostró una imagen de unidad con la reunión de ex presidentes con el plantel (solo faltaba doña Inés y don Kurt). Ratificó con tardanza a un técnico de la casa (diez años en Achumani) como Pablo Cabanillas apoyado por el plantel antes del parón. Ahora es el turno de los jugadores. Ahora toca despejar el fantasma de los subcampeonatos.
Es aquí (el “Tahuichi”). Oriente del español Antonio Puche (Puche II es su etapa de jugador) ha ganado sus últimos cuatro partidos y al Tigre le cuesta vencer lejos de La Paz (una victoria de las últimas seis salidas). Todos saben que un timorato Bolívar ha perdido en Cochabamba (quedará a seis del puntero). Es ahora.
Nudo: Cabanillas Palazuelos no cambia (casi) nada. No tiene un plantel largo. ¿Pesará la seguidilla de partidos en esta recta infernal? Juegan los de (casi) siempre. Bustos sigue siendo el lateral derecho.
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Pedraza va por Castillo. Ortega es titular. Y el ataque es para Sotomayor y Triverio. La (buena) noticia es el regreso a una convocatoria del querido Wayar después de ocho meses (tendrá minutos para hacer lo que mejor saber hacer).
En el Tigre se equivocan todos, incluso el “Mago” Ortega, lento, falto de fútbol, golpeado toda la noche cruceña ante la pasividad arbitral. Es un Tigre partido, a ráfagas, al pelotazo. Con las limitaciones ya conocidas. Viscarra sigue siendo Viscarra. Y Triverio, el Quique. El nueve que lleva la once no necesita una chance de gol, necesita media. Se saca un tanto de la galera. Es el otro mago del equipo. Goles son amores. El gualdinegro tiene un goleador; Oriente, no.
Desenlace: el Tigre de la segunda parte es otro. Con Chura (por Sotomayor) tiene más la pelota, regalada durante cuarenta y cinco minutos. Banegas se disfraza de Viscarra, lesionado sobre el final de la primera. La tonta roja de Ursino cambia todo y deja al Tigre con uno menos durante la media hora final.
Es tiempo de sufrir, el territorio de la agonía donde nos reconocemos, donde apretamos el puño. Es el gualdinegro contra todo, contra todos, incluso contra sí mismo. Será un punto de oro, un punto heroico, territorio de la hazaña.
Post-scriptum: No será el Tigre el plantel más rico del torneo, no será el equipo que mejor fútbol haga, pero a actitud no le gana nadie. El Tigre -unido también dentro de la cancha- demuestra firmeza y está decidido a despejar y olvidarse de los fantasmas. Necesitará más fútbol, eso sí; el resto ya lo tiene.