Los horrores de Beñat
Imagen: Archivo La Razón
Ricardo Bajo
Imagen: Archivo La Razón
Introducción: las quejas de “Chico” Da Costa contra la cancha municipal de Quillacollo donde juega F.B. Universitario provocan un efecto “boomerang”: el “manzanero” del paraguayo Pablo Godoy va a jugar el partido con el cuchillo entre los dientes.
La hinchada bolivarista es mayoría en Quillacollo. Van a terminar gritando “fuera Beñat, fuera Beñat”. El termómetro marca 35 grados a las tres de la tarde.
Nudo: el onceno del técnico vasco de Bolívar sorprende. Los tres zagueros centrales han jugado muy poco juntos. Las desatenciones/lentitud del trío formado por Ferreyra, Sagredo y Quinteros serán aprovechadas por los “wines” de la “U” de Vinto, especialmente por un hipermotivado Abrego, con pasado celeste.
TAMBIÉN PUEDE LEER:
La mitad de cancha “académica” lucirá descompensada. Todos sabemos que Villamil es ocho, no cinco. Todos sabemos que Ramiro Vaca y Bruno Sávio van a dejar solo en la marca al chapaco. Otro que estará fuera de sitio será Algarañaz. No se entenderá (casi) nunca con el nueve Ronie. ¿No era mejor colocar al chileno por fuera y al cruceño de delantero centro? Son los horrores/errores de San José Gil.
Bolívar luce partido al medio, carece de fútbol (más allá de los disparos de Vaca) y su mejor hombre -de lejos- es el carrilero por izquierda, Luis Fernando Paz. El resto exhibe displicencia, como si no fuera (casi) una final. El gol celeste llega de contragolpe gracias a una trepada de Paz. El empate, gracias un hermoso pase filtrado de Abrego. Así termina una (pésima) primera parte.
Desenlace: los segundos 45 minutos son peores (aún). El “match” luce desprolijo/trabado. Beñat no mueve la banca, no reacciona. Es una de sus malas mañas. Cuando -por fin- mete al “Patito” Rodríguez saca al mejor de sus hombres, el mencionado Paz. Sin comentarios. En la primera que toca el argentino va a llegar el uno a dos. Es la única que vez que asiste Ronie y Carmelo se para de nueve. El fútbol no es tan difícil. Lo complican algunos (malos) técnicos.
Con la mínima ventaja, el técnico bolivarista hace cambios defensivos (Ronie por Diego Bejarano). ¿Puede un plantel tan rico como Bolívar meterse atrás con un equipo como la “U” de Vinto? Los “manzaneros” de Godoy lo van a empatar a base de pura entrega con el “Comandante” Castro manejando el ritmo (y haciendo desesperar a un ex compañero como Ramiro Vaca); con otro ex bolivarista (Erick Cano) clavando el puñal para un justo empate sobre el final. Solo en ese momento entran Uzeda y Lucas Chávez. Tarde, muy tarde.
Post-scriptum: La Academia, relajada y desperada a partes iguales, presa de las equivocaciones de su técnico se deja medio campeonato en las calientes arenas de Quillacollo.