El regalo de Lampe
Imagen: Archivo La Razón
Ricardo Bajo
Imagen: Archivo La Razón
Introducción: es el cumpleaños del presidente Claure, juega Bolívar la vuelta de los octavos de la copa. Los últimos mensajes en la red X de Claure rozan lo esperpéntico (al estilo Milei); en uno de ellos se autodefine como “el nuevo super héroe celeste contra la corrupción”.
Como regalo de “cumple”, el presidente pide a los bolivaristas un imposible: llenar el estadio. En una cosa estamos de acuerdo (casi) todos: Claure quiere una final Bolivar-The Strongest.
Hay cuatro mil hinchas bolivaristas en las gradas del Siles. Los jugadores saltan con una pancarta que dice: “Feliz cumpleaños, Marcelo”.
Nudo: el técnico Walter Flores no mueve el “dibujo” que dejó el vasco Beñat. Es una línea de tres al fondo con dos carrileros; uno de ellos, por izquierda es “Patito” Rodríguez, fuera de su sitio, muy lejos del área, muy escorado en banda.
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El otro, Luis Paz, va a pasar desapercibido; incluso tiene miedo de patear al arco, dando pelotas siempre a los “jefes” que están en la dupla de ataque: Ronie y “Chico” Da Costa.
La “U” de Vinto es el dominador de los primeros minutos; juega con tres puntas. Los del paraguayo Pablo Godoy no van a perder con Bolívar en los 180 minutos de la serie, gran mérito de un equipo que mete y corre hasta el final.
El gol de Ramiro Vaca a los 20 minutos cambia la dinámica del partido. Entonces el “manzanero” se desinfla. Un palo del chileno Ronie y un penal fallado por el mismo deja abierto el “match” para la segunda parte.
Desenlace: los tres cambios ofensivos de Godoy (Denilson Ramallo, Monteiro y Cano) dan (muy) pronto resultados (llega el empate al minuto). Entonces aparece el mayor defecto celeste de toda la temporada: la defensa vuelve a hacer aguas por todo lado.
La pelota es de F.C. Universitario y los pitos para Ronie que es sustituido y se pelea con hinchas de la Preferencia. La hinchada de la curva norte pide “huevo”.
A la “Academia” la salva otra vez una de sus individualidades: Da Silva, que recoge un rebote en el único error de la “Araña” Olivares que había sostenido el empate con atajadas milagrosas.
Cuando todos nos vamos para la casa, otro error (esta vez de Quinteros) trae un penal y el empate (2-2) que nos lleva a la tanda de los suspiros.
Entonces aparece Lampe, el arquero que nunca ataja penales, el arquero que tapa dos (otro se va a las nubes de Villa Fátima). Es el regalo (inesperado) de Lampe.
Post-scriptum: hay jugadores celestes que hace rato que piensan en la vacación. Otros quieren cumplir el deseo de su presidente: una final con el Tigre para ver quién es el “verdadero campeón” (Claure dixit). Antes se vendrá un hueso (más) duro de roer: el Aurora del “Loco” Soria.
(09/12/2023)