Peñarol gana a Rosario y vuelve a octavos de Libertadores tras 13 años
Los jugadores de Peñarol festejan uno de los goles ante Rosario Central
Peñarol quiebra una maldición de 13 años y regresa a octavos de final de la Libertadores.
El uruguayo Peñarol derrotó 2-1 en casa a Rosario Central y volverá a disputar los octavos de final de la Copa Libertadores tras 13 años de ausencia.
Leo Fernández, el mejor jugador de la cancha, en dos oportunidades, (a los 32 y los 83) lo catapultó a una nueva fase del torneo tras un partido emotivo que tuvo sus momentos de incertidumbre luego del empate parcial de los argentinos, a los 66, por intermedio de Agustín Módica.
Una perla en la cancha
En un clásico clima «de copa», y ante unos 40.000 espectadores que tiñeron de amarillo y negro su estadio, Peñarol salió con la intención de imponer su localía y llevarse por delante a su rival.
De la mano del elegante Gastón Ramírez y de su compinche y siempre incisivo Fernández, el aurinegro dominó claramente al Canalla hasta promediar el primer tiempo.
Pero a los 21, en su primer ataque franco, un aire más gélido que la fría noche recorrió el Campeón del Siglo cuando a punto estuvo Ignacio Malcorra de conectar de cabeza un centro enviado por el colombiano Jáminton Campaz.
Cuatro minutos después el arquero Washington Aguerre realizó una doble atajada ante los atacantes argentinos.
Peñarol era de todas maneras más prolijo y punzante.
Y a los 32 su mejor juego le pagó y quien obtuvo su premio fue su futbolista más brillante, Leo Fernández. El volante inició y culminó -tras pared con Pedro Milans y gambeta a la entrada del área-, una excelente maniobra con un tremendo disparo que dejó sin asunto al arquero Jorge Broun. Golazo y ovación.
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Y de la mano de Diego Aguirre…
Obligado a dar vuelta al resultado (tampoco el empate le servía), Rosario Central se plantó más arriba al inicio de la segunda parte.
Campaz, muy movedizo, Malcorra y Agustín Módica eran sus principales armas para intentar vulnerar a la defensa «manya».
A los 64, un fuerte remate desde fuera del área de Malcorra fue contenido en dos tiempos por Aguerre.
Dos minutos después, un error en la salida de Peñarol propició el empate argentino: Campaz remata, Aguerre contiene a medias y Módica recoge el rebote.
Con un Peñarol replegado y anímicamente golpeado y la visita agrandada el encuentro, ya emotivo, ganó en intensidad. La claridad, el buen juego y el control del partido habían cambiado de bando.
Hasta que tras unos minutos apagado, «La perla» Fernández volvió a brillar, iniciando y culminando nuevamente una jugada muy bien hilvanada. Corrían 83 minutos, y el 2-1 fue un golpe letal para los argentinos.
Y así, Peñarol, quíntuple campeón de América entre comienzos de la década de los 60 y fines de los 80, quiebra una maldición de 13 años y regresa a octavos de la Libertadores.
La última vez que le sucedió, en 2011, llegó a la final, que perdió ante el Santos de Neymar.
Su DT de entonces era también Diego Aguirre, su mítico excentro delantero que, en 1987, le diera, con un agónico gol, su quinto título en Libertadores.
De pie, el público se lo reconoció mientras coreaba su grito de guerra de los últimos años: «la sexta Libertadores es mi obsesión»
(29/05/2024)