El reino de las camarillas
Imagen: La Razón
Ricardo Bajo
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Introducción: las camarillas han regresado. ¿Alguna vez se fueron? Si algo extrañábamos en la crisis galopante/estructural de nuestro fútbol, eran las camarillas. Lo único que falta ahora es el dopaje, otrora famoso.
Y las apuestas ilegales que volverán cualquier día. Las camarillas pueden ser positivas o negativas; pueden perjudicar o tirar del carro.
Chocan en día de paro y noche gélida de jueves en Villa Ingenio dos clubes que han sufrido y sufren las malas camarillas. Always Ready y The Strongest han visto como sus jugadores van para atrás; han visto como -tras el parón de la Copa América- su nivel individual/colectivo ha experimentado un bajón inexplicable.
El vestuario del CAR pidió la cabeza del técnico colombiano Torres y esta fue puesta en una bandeja de plata. Los jugadores (y sus representantes) hacen y deshacen a su antojo. Juegan cuando quieren. Y así nos va.
Nudo: el técnico interino del CAR, Julio Quinteros, “arma” su primer onceno. ¿Es idea suya, de los líderes del equipo, del presidente Costa? Nadie lo sabe.
El “eleven” (5-3-2) albirrrojo suena así: Baroja; Medina-Vaca-Caicedo-Suárez-Cuéllar; Adalid-Robson-Darlison; “Viru” y Martínes. Los “refuerzos” de última hora esperan en la banca (Mboudou, Cañozales, Ovejero y Lucumí).
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Rescalvo pone este onceno (4-4-1-1): Viscarra (capitán); Caire-Aimar-Enoumba-Quaglio; Bustos-Cuéllar-Ursino-Chura; Arrascaita; y Triverio. Jusino, Amoroso, Ortega y Miranda parten desde la banca. Uno de los dos tardíos fichajes (el panameño Abdiel Armando Ayarza, también). Ramallo no entra ni en la convocatoria.
El termómetro marca cinco grados, y bajando. Se guarda un minuto de silencio, respetado como nunca, por el gran Lucho Galarza. El gualdinegro viste feo: con pantalón blanco y medias del mismo color.
El Tigre se mete atrás para jugar al contragolpe: es la “nueva” idea de Rescalvo. Sigue siendo un equipo lento, estático, apático, nada simpático. Las dos que va a tener -ahora y después- Triverio, a la “contra”, las va a fallar. Es otro Triverio, lento, pesado. Me lo han cambiado en el parate.
Desenlace: la segunda parte es fea, también. El libreto no cambia. El Tigre perdona lo poco que genera y el CAR, ni eso. Los cambios de ambos técnicos no mueven un cerocerismo esculpido en piedra.
Ortega entrará a falta de tres minutos para el final, un castigo para el colombiano. Rescalvo será expulsado, la imagen viva de su impotencia.
Post-scriptum: los dos equipos tuvieron miedo a perder (y a acrecentar sus crisis respectivas). Por eso decidieron repartirse un puntito que no sirve para nada, solo para que Bolívar sea líder en solitario. Es el reino de las camarillas.