El mapa de la felicidad
Imagen: Oswaldo
Jorge Barraza, columnista de La Razón
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Los devastadores incendios forestales que padece Bolivia quedaron por un día en segundo plano. El país amaneció con una amplia sonrisa de oriente a occidente. La Verde, contra todo pronóstico venció a Chile en Santiago por primera vez en 98 años de enfrentamientos. Dados los antecedentes históricos entre ambos países (la Guerra del Pacífico, una herida que nunca cierra, en la que Bolivia perdió el mar) fue para el visitante como dar una vuelta olímpica, una caricia para el alma. Porque la historia no juega, pero juega. Desde 1993 no ganaba un partido de visitante. Y lo hizo nada menos que sobre Chile. En gran forma.
Otro tanto vale para Paraguay, que venció a Brasil y desató una euforia general. La Albirroja lleva tres Mundiales viéndolos por televisión (2014-2018-2022), y el pésimo arranque en esta Eliminatoria suponía un cuarto. Pero asumió Gustavo Alfaro y en dos partidos dio vuelta la media: empató ante Uruguay en Montevideo -estando muy cerca de ganar- y ahora noqueó a Brasil con un supergolazo de Diego Gómez. La selección guaraní se metió de lleno en la pelea por un cupo directo.
El mapa de la felicidad lo completa Colombia, única invicta de la Eliminatoria, que tumbó a Argentina con un equipo definitivamente armado, que aprendió a manejar los partidos bravos y está en uno de los momentos más felices de su recorrido como selección.
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* Inesperado. “¿Pensaron que nunca íbamos a atacar…?”, preguntó Óscar Villegas, el flamante y revulsivo entrenador de La Verde, camino a convertirse en un personaje nacional. Tomó a una Bolivia desahuciada y en dos partidos logró 6 puntos y el triunfo histórico sobre Chile, por el que nadie apostaba. En la goleada de 4 a 0 sobre Venezuela pudieron haberlo ayudado los 4.150 metros de El Alto. Pero Santiago es llano y le ganó con autoridad 2 a 1. No tiene miedo Villegas. Con lo que hay, sin cuatro titulares por suspensiones, lesiones y otras hierbas, le salió a jugar adelantado a Chile. Y pese a la desgracia de Carlos Lampe, que se desplomó (se rompió el talón de Aquiles, que era de Lampe, no de Aquiles) y le quedó a Eduardo Vargas el arco libre y sin oposición, fue de nuevo al ataque y logró el segundo gol. Bolivia se inscribe entre los candidatos a pelear la clasificación. Le quedan cinco partidos en El Alto a la Verde, 15 puntos, atención a eso…
* Vía aérea. No debe haber equipo en el mundo, hoy, que tenga el poder de gol de Colombia mediante el juego de alto. A la casi increíble perfección de los centros de James (para este cronista, el mejor de siempre en ese ítem), se une un ramillete de cabeceadores temibles: por altura y potencia de salto, Dávinson Sánchez, Lerma, Yerson Mosquera, Yerry Mina, John Jader Durán; Daniel Muñoz por sus apariciones fantasmales por derecha y Lucho Díaz porque es una de sus virtudes innatas, la colocación en el área y el buen golpeo.
* Nuevo. Unos le dicen verborrágico, otros vendehumo, pero, donde llega, Gustavo Alfaro deja una marca, crea una ilusión, levanta cementerios. Lo hizo en Ecuador, en Costa Rica, ahora en Paraguay. En dos partidos le devolvió el alma a la Selección Paraguaya, que retomó la vieja garra guaraní. Derrotó al Brasil más espantoso de que se tenga memoria (1 a 0) y se entonó. “El país está feliz”, dicen los medios asuncenos. Le ganó “a la paraguaya”, luchando cada pelota como luchó en la Guerra Grande, dejando todo. Este Brasil de una modestia franciscana en nombres y en juego no atinó a nada. No era difícil pronosticar la levantada albirroja: tiene muy buen material. Ahora Paraguay será difícil para todos.
* Real. La estrella del Paraguay-Brasil fue Diego Gómez, el magnífico volante derecho del Inter Miami, de 21 años, al que lo tienen en la mira varios clubes europeos. Tal vez la mejor figura surgida últimamente en Sudamérica. Lo que se dice un crack de verdad, no de redes sociales. Criterioso, incansable, de buen manejo, con llegada al área rival, Diego hizo el gol de la victoria ante Brasil, que ya se postula como el más bonito de la Eliminatoria. Recibió un rebote fuera del área brasileña, la paró, hizo pasar de largo a Bruno Guimarães y le pegó de tres dedos, cruzado, la bola dio en el palo y entró. Inolvidable. Gómez deslumbró en Estados Unidos. Obviamente, millones de talentos dijeron en Twitter “sí, pero destaca en la MLS, que es una liga de cuarta …” El bueno lo demuestra donde sea.
* ¿Abucheos al goleador…? El máximo artillero de la historia de la Selección Ecuatoriana, Enner Valencia (42 goles), fue abucheado y silbado cuando su nombre sonó por los altavoces del estadio de Liga de Quito antes del choque con Perú. Ecuador ganó 1 a 0 con un golazo de Enner Valencia de cabeza. Una vez más. Al ser reemplazado, los hinchas quisieron retractarse con aplausos, Enner no los agradeció, se fue con gesto adusto.
* Balón de Oro Inminente. El título corresponde a Vinicius, quien otra vez defraudó por completo en Brasil. Fue anulado por el lateral suplente de Lanús, Juan José Cáceres (argentino hijo de paraguayos). Perdió 17 balones. «Vinícius no puede jugar solo por nombre. Ya empieza a ser hora de dar un poquito más y de moverse, no simplemente quedarse quieto en la izquierda», escribió Caio Ribeiro, comentarista de Globoesporte. «Hay jugadores nulos con la selección, y uno de ellos es Vinícius», cerró. Pese a todo, es el primer favorito a ganar el Balón de Oro.
* Sin liderazgo. Paulo Silas, el exvolante ofensivo de São Paulo y San Lorenzo, bimundialista con Brasil, en una magnifica entrevista con ESPN, dio fuertes definiciones sobre la Canarinha: «No tenemos liderazgos, no tenemos un 10, Neymar sigue siendo nuestra esperanza, Vinicius se esfuerza, pero no pasa nada. Si vamos así al Mundial no pasamos la primera fase».
* Cero. Así como Bolivia fue el único e impensado competidor que logró los seis puntos en la doble jornada, Chile también fue el único que no sumó: dos derrotas dolorosísimas ante Argentina y Bolivia. “Puede venir Guardiola y será lo mismo”, dicen sus exglorias. Los históricos de la Roja salvan a Gareca y cargan contra la pobreza de los jugadores actuales. En los últimos seis años desfilaron Reinaldo Rueda, Martín Lasarte, Eduardo Berizzo, ahora Gareca y con todos fue lo mismo: la Roja se hunde. Para buena parte del ambiente, si Chile perdía con Bolivia, se tenía que ir el Flaco. Pero el técnico no piensa dar un paso al costado. Y despedirlo costaría una fortuna a la federación. Para peor, en la doble fecha de octubre debe enfrentar al necesitado Brasil adentro y a Colombia en Barranquilla. Duro.
* Récord. Chile llevaba exactos once meses sin marcar un gol oficial hasta este último tan polémico que le marcó a Bolivia, que tampoco sirvió para sumar. Si Lampe no se rompía el talón, Eduardo Vargas no habría podido anotar y La Roja seguiría en cero con la red.
Por ahora, el mapa de la infelicidad lo componen Brasil y Chile. Pero hay otros en lista de espera…