El partido más largo
Imagen: La Razón
Ricardo Bajo
Imagen: La Razón
Introducción: día uno. Va ser el partido más largo. Arranca una noche de terror de martes y termina una mañana de miércoles soleada. Llega Baldivieso defendiendo su invicto, defendiendo a sus chicos, abandonados por un presidente que ni siquiera vive en Oruro.
Rescalvo, que tampoco quiere vivir donde dirige, coloca una dupla inédita de ataque: Guerrero por afuera, Triverio de nueve. El doble cinco es para Cuéllar y Ayarza. Chura deja el lateral (ese lugar es para Quaglio). Caire y Aimar son los centrales. Una hora antes comienza el diluvio. Lloverá de manera intensa (como nunca) durante tres horas.
Nudo: el primer gol de Chura -al minuto- es un globito que cuelga a Banegas, ex compañero. Los charcos comienzan a hacer de las suyas. No se va a jugar al fútbol, no se puede. El árbitro para el partido en el minuto 20. Parece que lo va a suspender, como manda la lógica y el reglamento. Los dos capitales (Billy y “Chiqui”) piden continuar.
El dos a cero llega a la media hora tras una trepada de Bustos y otro gran remate de Chura. A estas alturas, Jeyson es “Aquaman”. GV San José se da cuenta tarde que lo que pide la cancha es pegar pelotazos, no jugar por abajo. El gualdinegro -más práctico e inteligente- no tiene contención. Los orureños acortan distancias con un penal dudoso. “Baldi” aguanta estoicamente la tormenta. Rescalvo se mete en la casamata para refugiarse. No sé de qué. ¿De los rayos? ¿De los truenos? ¿De la vergüenza ajena?
Desenlance: el árbitro lo suspende. Se reanuda a las nueve de la “matina” sin público. La tele y el var deben subir a Villa Ingenio para hacer Always-Bolívar a las cuatro.
Día dos: el drenaje (injustamente criticado) ha funcionado. Enoumba (¿no estaba afuera?) aparece en la grada. Con apenas cinco minutos de juego, entran primero cien personas y luego otras cien más. GV San José madruga al Tigre.
Los stronguistas no despiertan. La pelota y el fútbol son de la visita. Entonces Rescalvo hace una de las suyas. Mete más atrás al equipo: entra Wayar por… Guerrero. El dibujo ahora es un 4-1-4-1. La idea es matar a la “contra” con Triverio arriba. Luego mete a “Pito” Sotomayor para la misma tarea. El empate no llega porque los orureños no tienen gol.
El primer y único contragolpe llega sobre la hora: Ayarza rompe líneas y sirve en bandeja para Sotomayor. Rescalvo festeja mirando/provocando a Baldivieso. En el minuto siete del alargue, llega el segundo descuento. Tarde.
Post-scriptum: el Tigre recorta distancia con el puntero. ¿Quién dijo que todo estaba perdido? Lo hace a pesar de Rescalvo, un técnico con la cabeza en otro lado, un técnico timorato que sufre de arrebato.