‘Pato’ Almagro, símbolo de 31 de Octubre, partió a la eternidad
Imagen: Colección Julio Mamani
Rubén Almagro con la casaca del cuadro minero de 1 de Octubre, en los años 70.
Imagen: Colección Julio Mamani
El gran volante de los 60 y 70 contó a Marcas el 2020 que su gran decisión de vida fue dejar el fútbol para trabajar como obrero y dijo fue muy feliz.
Francisco Rubén ‘Pato’ Almagro, ícono de 31 de Octubre, falleció el fin de semana en La Paz a los 72 años. Vino de Tartagal, Argentina y se quedó más de medio siglo en Bolivia.
En una entrevista en Marcas en octubre de 2020 tuvo una frase celebre y afirmó que lo mejor hizo en su vida fue dejar el fútbol y trabajar como un obrero, con el que aseguró su futuro y fue feliz.
“tomé la mejor decisión, dejar Bolívar y aprender a trabajar de obrero, desde almacenero en el BBA (Banco Boliviano Americano) hasta escalar otros puestos. Además de aprender a trabajar, igual estudié contaduría pública. En esto tengo que agradecer al señor Siles, porque cambió mi destino, y a don Mario Mercado, que me dejó salir de Bolívar sin oponerse. Con esa decisión tuve un gran futuro, trabajé feliz y con buena salud durante 38 años más”, dijo en esa entrevista.
Aseguró que si seguía como futbolista no hubiese hecho eso, porque además la paga no era buena, pese a ser un gran jugador.
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Fue el ‘10’ clásico de antes, comparado con Ovidio Messa y Erwin Romero, pero sin ningún problema, dijo que era más rápido que ambos en el dominio de balón, como armador y administrador de pelota, y con gran visión y panorama de juego.
Almagro llegó a Bolivia en 1972 de Argentina, para jugar en el club 31 de Octubre, donde rápidamente se destacó por su habilidad y su capacidad goleadora.
Con la 10 en la espalda, se convirtió en una figura destacada, formando una dupla temida con Telmo Paredes.
También jugó en Always Ready, San José y, brevemente, en Bolívar bajo la dirección del técnico checoslovaco Jan Skrypko, aunque su paso por la Academia fue corto y luego volvió a Always Ready.
Tras retirarse del fútbol, Almagro trabajó en el Banco Boliviano Americano y en la Caja Nacional de Salud, donde desempeñó funciones administrativas hasta su jubilación.
Este exjugador se naturalizó boliviano y llegó a considerar Bolivia como su hogar definitivo. «Pato» era recordado no solo por su destreza en el campo, donde se describía como un jugador técnico y veloz, sino también por su humildad y dedicación en el ámbito laboral tras su carrera deportiva.
Su partida deja un vacío en el fútbol boliviano, donde se le recuerda con cariño y respeto. Paz en su tumba, al gran «Pato» Almagro.