La idea ‘loca’ de los dos equipos
Imagen: La Razón
Ricardo Bajo
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Introducción: Villegas apuesta por armar dos equipos para la fecha doble contra Ecuador fuera y contra Paraguay en casa (el martes). ¿Es una sabia decisión o es una locura? Lo sabremos después del segundo partido. ¿Hay mimbres en nuestro fútbol para montar dos equipos? Lo conoceremos después de este primer partido.
Lo que no cabe duda es que la clasificación al mundial pasa por ganar los cuatros partidos que nos quedan de local. Y soñar con arrancar algún puntito afuera (queda una salida a Lima).
El onceno de la verde en Ecuador sería impensable hace pocos meses: sangre joven, la marca de la casa de “profe” Óscar. En La Paz se quedan ocho que pelearán en la cañada de Villa Ingenio contra los paraguayos: los Ramiro Vaca, Algarañaz, Medina, Robson, Roberto Carlos, Haquín, Suárez y Miguelito.
El “eleven” de la primera batalla suena así: Viscarra; Rocha y Ervin Vaca (los laterales de Bolívar); con el debutante de 20 años Efraín Morales (del Atlanta United gringo) y Sagredo, de centrales; Cuéllar y Villamil en el doble cinco; Paz y Menacho por afuera; Adalid de supuesto enganche; y Enzo Monteiro de nueve. Enfrente, la Ecuador del argentino/rosarino Sebastián Beccacece, necesitada de puntos, goles y buenas sensaciones.
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Nudo: la línea de cuatro de Bolivia pronto se convierte en realidad en una defensa de cinco. Adalid Terrazas se pone de trivote defensivo junto a Cúellar y Villamil. La verde defiende muy cerca de Viscarra. No podrá salir del agobio ecuatoriano. No podrá sostener la pelota.
Cuando en el minuto 20 Sagredo mete una mano tonta, llega un penal y una expulsión que lo complican todo. Aún más. El partido se termina en ese mismo instante. Lo demás será solo una pesadilla. La primera parte acaba milagrosamente con un dos a cero. Cuéllar se ha colocado de central y Vaca de volante de contención. Nada cambiará. Bolivia solo esperará que la tortura termine.
Desenlace: la segunda es más de lo mismo. Los tres cambios de Villegas no alteran el curso de los acontecimientos: apenas el dibujo con un 4-4-1. Óscar López Raslan (el juvenil del Mallorca, nacido en España con madre beniana de Huacaraje), Lucas Chávez y Sotomayor entran al matadero. El “match” es una agonía; puro sufrimiento. El partido dura más que un día sin marraqueta. Bolivia no hará pie porque tiene la cabeza puesta en Villa Ingenio. El “score” final dice (solo) cuatro a cero. Gracias a Viscarra.
Post-scriptum: ¿tenemos en la liga boliviana y en los escasos legionarios los elementos necesarios para montar dos equipos? Realmente no. ¿Fue una buena idea partir a la selección? Si ganamos a Paraguay en El Alto, la respuesta será: realmente sí.