Primer ministro francés se enfrenta a moción de censura sin opciones de prosperar
La votación se produce dos días después de que Bayrou desvelara su programa político, abriendo la puerta a renegociar la reforma de las pensiones
El primer ministro francés, el centrista François Bayrou, afronta este jueves una moción de censura presentada por la izquierda radical, pero que tiene pocos visos de prosperar después que los socialistas rechazaran apoyarla.
La votación se produce dos días después de que Bayrou, de 73 años, desvelara su programa político, abriendo la puerta a renegociar la impopular reforma de las pensiones aprobada en 2023 y abogando por recortar el déficit «excesivo».
La mayor parte de la oposición en la Asamblea Nacional (cámara baja), donde el gobierno carece de mayoría absoluta, criticó el discurso, pero el rechazo de la ultraderecha a votar una moción de censura ya hacía complicada su caída.
El diputado ultraderechista Jean-Philippe Tanguy advirtió no obstante que «el momento de la verdad» llegará cuando se vote el proyecto de presupuestos para 2025 del nuevo gobierno, en el primer voto crucial para Bayrou.
La advertencia no es baladí. Su fugaz predecesor en el cargo, el conservador Michel Barnier, cayó en diciembre, cuando la extrema derecha sumó sus votos a una moción de censura de la izquierda tras intentar negociar las cuentas con los ultraderechistas.
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Moción de censura
Bayrou, un aliado histórico del presidente centroderechista Emmanuel Macron, prefirió en cambio negociar con los socialistas. Para alejar una moción de censura y este jueves les confirmó por carta varias concesiones para acabar de convencerlos.
Entre estas figuran el mantenimiento de un impuesto temporal a las grandes fortunas. Así como la renuncia a suprimir puestos de trabajo en Educación y un aumento del gasto sanitario, según la carta enviada a los socialistas.
Los diputados socialistas no votarán este jueves la censura del gobierno, decidió el aparato del partido tras un debate tenso, según uno de los participantes.
Los socialistas, que concurrieron a los comicios legislativos anticipados en 2024 en la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular (NFP), podrían enfadar a sus aliados ecologistas, comunistas y de La Francia Insumisa (LFI, izquierda radical).
«La vida política es binaria. Si no se vota la censura, se apoya al gobierno», advirtió el líder de LFI, Manuel Bompard. Para quien los socialistas «mancharon la credibilidad del NFP».
Macron sumió a Francia en una profunda crisis política en 2024 con el inesperado adelanto electoral. Que dejó una Asamblea Nacional sin mayorías claras y dividida en tres bloques: izquierda, centroderecha y ultraderecha.
El presidente, cuyo mandato termina en 2027, no puede convocar nuevas elecciones legislativas antes de julio.