Querido Salvador, necesito tu apoyo urgente. Mi esposo pasa mucho tiempo en la computadora y esto nunca me ha molestado porque entiendo que tiene mucho trabajo, pero el otro día, lo encontré masturbándose en frente del monitor, viendo pornografía. Desde entonces la relación no ha sido la misma y, aunque él me dijo que no lo hace todo el tiempo, siento mucha rabia porque yo creo que sí. Siento como si me hubiese sido infiel. Además de la mala disposición que le tengo, no puedo evitar interrumpir su privacidad constantemente, pero nunca lo he vuelto a encontrar viendo porno. Lo sano es pensar que ya no lo ve, pero mi cabeza me lleva a pensar que lo hace encerrado en el baño, en su oficina o aún peor, que tiene una amante. Me estoy volviendo loca y creo que él está cansado y molesto porque se siente juzgado y perseguido por mi constante control. ¿Qué hago?
Alma
Mi querida Alma. Encuentro que muchas veces buscamos poner el problema en nuestra pareja cuando en realidad está en nosotros mismos. Quizá éste sea uno de esos casos.
A mi parecer, éste es solamente un caso de inseguridad tuya. Piénsalo: si en lugar de haberlo encontrado viendo porno, lo hubieses visto tomando café con una colega o hubieses hallado que una mujer guapa le saludó en Facebook o te enteraras de que ve una telenovela porque le gusta la actriz principal, ¿te hubieses sentido igual?
Quizás no en el mismo grado, pero la molestia hubiese sido similar porque el hecho fundamental es el mismo: Te sentiste amenazada y, por tanto, vulnerable. Sientes que si existe otra mujer (real o virtual) en frente de tu esposo, tu esposo verá tus defectos y dejará de quererte. Quizás tú quisieras que no exista ninguna otra en su vida, ni en el trabajo ni en el barrio ni en la Tv.
Esta conducta, amiga mía, es mala y enfermiza, y la única paz está en superar los celos, los miedos y la inseguridad y devolver el equilibrio a tu relación.
Una mujer segura no tiene inconveniente de que su pareja tenga amigas, disfrute de la erótica, opine sobre lo guapa que es la actriz de Tv o converse alguna vez con una vecina. A ella esto no le molesta porque sabe lo que vale y comprende que ella tiene un lugar importante en el corazón de su hombre y que él siempre la elegirá ante el resto.
Sobre la pornografía, no puedo decirte si fue la primera vez o si lo hace todo el tiempo, pero sí puedo confesarte que muchos hombres la consumimos y eso no significa ni que no amemos a nuestra pareja, ni que estemos mentalmente descompuestos.
Supéralo, Alma, y no permitas que este episodio te quite la oportunidad de ser feliz junto a tu esposo. Conozco a más de una pareja que, inclusive, disfrutan de la pornografía juntos.