Justin Bieber de adorable a detestado
‘El chico de oro’ marcó su paso por Latinoamérica con escándalos y desaires a las fans.
‘No soy tan malo’, canta Justin Bieber en su nuevo single. La canción All Bad se estrenó la semana anterior y aparece justo en medio de la avalancha de críticas que dejó a su paso por Latinoamérica en su gira Believe, en la que, simplemente, se descontroló.
Como si de una telenovela se tratara, la serie de polémicas comenzó en Sao Paulo, cuando Bieber interrumpió su concierto y abandonó el escenario después de que una botella lanzada por alguien del público le hiciera caer el micrófono de la mano. Luego, Bieber pintó grafitis en el muro de un hotel cerrado sólo para él. Una de las leyendas decía “Respeten la privacidad”. El joven de 19 años fue expulsado del lugar y tuvo que alquilar una casa.
Para olvidar el mal momento, “el chico de oro” organizó una fiesta con nudistas y una de ellas, Tati Neves, obtuvo sus cinco minutos de fama cuando lo filmó durmiendo. “Fue maravillosa e inolvidable”, aseguró al diario británico The Sun, al que brindó además detalles íntimos de la noche de pasión que tuvieron.
Sus actitudes molestaron a muchos, como a la presentadora y cantante Xuxa, que escribió en su Facebook: “Me quedé atragantada con toda esta falta de educación” y lo llamó “niño malcriado”.
Capricho
Atrás quedó el dulce pequeño del que su mamá subía videos a YouTube cantando. El niño creció y al parecer se siente dueño del mundo. ¿Será quizás porque su patrimonio era de $us 112 millones sólo hasta 2012? Esto lo puso en la lista de los jóvenes menores de 30 años más ricos del mundo, según Forbes. En marzo cumplirá 20 años.
A temprana edad consiguió la fama y la fortuna, tenía 14 años cuando firmó un contrato con la disquera del cantante Usher. Así, la promesa se hizo realidad y se hizo famoso, con millones de fans, o beliebers, alrededor del planeta y con más millones de dólares en su cuenta. ¿Quizás a Justin le llegó la famosa edad del burro? O sólo trata de llamar la atención y seguir vigente, misma enfermedad que al parecer padece Miley Cyrus.
La trama continuó en Argentina. El cantante abandonó un concierto en Buenos Aires, a menos de una hora de comenzado, asegurando que se sentía mal, aunque luego trascendió que estaba con una fuerte resaca. Después, no se presentó a una sesión de fotos por la que algunos admiradores habían pagado cientos de dólares. Pero lo que más indignación causó fue que se lo acusó de pisotear la bandera argentina en pleno stage, acción por la que el joven se excusó en su Twitter: “Las personas arrojan cosas en mi escenario todo el tiempo y se la paso al personal para que nadie se lastime. Pensé que era una camiseta”. La explicación no complació.
Para hacer el lío todavía más grande, un abogado argentino acusó a Bieber de ordenar a sus guardaespaldas atacar al fotógrafo Diego Pesoa fuera de un club nocturno de Buenos Aires, según publica semana.com. Por esta razón, el jurista abrió una causa contra el artista y sus guardaespaldas.
Por lo visto, a Bieber le gusta el show, tanto dentro como fuera del escenario, lo que causó muchas molestias. “Más allá del enojo que les produce a las fanáticas de Justin cualquier crítica que se le haga, su paso por Argentina fue bochornoso”, escribió el presentador Marcelo Tinelli en su Twitter. Además, una persona aseguró que Bieber consumió cocaína en el baño de un club, publica urushow.com.
Siguiendo la gira, en Colombia el artista grafiteó, con resguardo de la Policía, 25 metros de la pared de un túnel. En repudio, los grafiteros locales pintaron sobre la obra de Bieber.
Como colocando el cherry sobre la torta, Bieber también mintió en su cuenta de Twitter cuando estuvo en México. Allí dijo que conoció al presidente del país azteca, Enrique Peña Nieto. Inmediatamente, en la cuenta de la presidencia mexicana se desmintió que haya existido dicho encuentro. Bieber entonces tuvo que aclarar su tuit:
“Corrección. Conocí a la familia del presidente y sus amigos en un encuentro privado para saludarles con todo su equipo de seguridad. Fueron muy amables”.
Pero la estrella canadiense no sólo se porta mal en esta parte del continente, en Estados Unidos protagonizó varios incidentes, desde conducir a toda velocidad en su Ferrari en el barrio privado donde vive en Calabazas, Los Ángeles, pasando por pelearse con un vecino, hasta orinar en un restaurante e insultar a una fotografía de Bill Clinton.
No obstante, pese al comportamiento desenfrenado de Justin, sus fans siguen ahí, firmes al pie del cañón, gritando, haciendo filas por horas para sus presentaciones. Y él lo sabe. Según recoge elonce.com, el ex de Selena Gomez ha comentado que no es su negocio ser “un rompecorazones”, pero también dice: “No voy a mentir. Es divertido ser joven, enamorarse y ser amado”.
Con datos de: www.elonce.com, lanacion.com.ar, 24horas.cl, ciudad.com.ar, elcomercio.com, semana.com, latercera.com y teinteresa.es.