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Paul Walker se fue muy rápido

“Nunca quise ser actor”, decía Paul Walker, que para pagar sus deudas aceptó incursionar en el cine. Su verdadera vocación era ser biólogo marino, sueño que jamás alcanzó. Ése y otros tantos quedaron estancados el 30 de noviembre, cuando el Porche GT en el que iba se estrelló. El actor falleció por los múltiples golpes y las quemaduras.  

Era padre de una adolescente que vivía con él, un hijo amado por su padre, amante de la naturaleza y una de esas personas que ayudaba a otros sólo porque sí, aunque para muchos nunca dejará de ser el policía encubierto Connon O’Brien de la famosa saga de Rápido y furioso, que lo catapultó a la cima y lo colocó en el estatus de estrella.

Rabioso y brusco

Fue en la localidad de Valencia, Los Ángeles, California que el auto en el que viajaba Walker y que era conducido por su amigo Roger Rodas se estrelló contra un poste de luz y se incendió. El video de seguridad de la calle donde ocurrió el infortunio muestra el momento del impacto y, por un momento, parece que se tratara de una de las escenas de Rápido y furioso, lo que tiene cierto grado de ironía, puesto que en la saga el personaje de Walker sorteaba obstáculos, a otros autos y hacía peripecias de las cuales muchas eran mortales.

Walker amaba la velocidad y ser una de las estrellas de Rápido y Furioso le permitió jugar con lo que más le gustaba: los autos. Fue precisamente en uno de ellos que halló la muerte. Un Porsche Carrera GT,  uno de los coches más rápidos y difíciles de conducir.

Este vehículo podía pasar de estar parado a los 100 kilómetros por hora en menos de cuatro segundos y llegar hasta los 300 kilómetros por hora. Lalo Polaco, periodista especializado en motor de la edición mexicana de la revista Autobild, le contó a BBC Mundo que el Porsche Carrera GT era conocido por ser ‘rabioso y brusco’. Es más, desde la misma fábrica se advirtió a sus compradores que conducir un modelo como este era asunto delicado. “El Carrera GT es lo más cercano a un auto de carreras que se puede estar. Este vehículo tiene todas las desventajas de uno de carreras”.

En Rápido y furioso lo acompañó un elenco que de a poco se fue convirtiendo en su familia. El actor Tyrese Gibson lloró y depositó una flor amarilla en el lugar del siniestro, su llanto dio la vuelta al mundo.

Walker era conocido por sus actos altruistas, fue voluntario en el terremoto de Chile y ayudó a una pareja que hace diez años ingresó a una joyería: él era un soldado que debía regresar a Irak y no tenía el dinero suficiente para comprarle un anillo a ella. Walker se encontraba en el lugar, pero no fue visto por los enamorados.

Conmovido, el actor pagó por la joya y pidió que se la entreguen a la prometida. Según reporta CNN, la pareja nunca supo quién les hizo el presente hasta ahora, que la vendedora de la tienda lo contó.  

Queda en el aire la séptima parte de Rápido y furioso, aunque los productores no han manifestado cómo manejarán la salida de la trama del policía O’Brien. También el actor deja huérfana a una joven de 15 años y con el corazón destrozado a su novia Jasmine Pilchard-Gosnell con la que vivía desde hace siete años.

Para muchos, fue sólo el actor que tropezó con un papel que lo hizo famoso; para otros, como su compañero de rodaje Vin Diesel, siempre será un amigo y, como dijo en el sitio del accidente “era un ángel y está en el cielo”. 

Fuente: EFE, eluniversal. com.mx, 20minutos.es, bbc.co.uk, latercera.com, larepublica.pe y mexico.cnn.com.