Anabella llegó desde Medellín a dar un concierto,  mano a mano, con Andrea Botero. El fin fue benéfico, pero también para transmitir vida y buena energía   tras un proceso de cáncer de mama

Una sonrisa amplia caracteriza a Anabella Arbeláez, una compositora que le canta al amor y también al desamor. Esta mujer de enormes ojos y mirada serena fue diagnosticada, hace dos años, con cáncer de mama. Desde entonces, también dedica sus versos a la vida. Al charlar emotiva mueve sus manos, donde titilan algunas joyas que orgullosa muestra, puesto que son los diseños de Adriana, su hermana mayor.

Anabella, con un acento que delata sus raíces caleñas, cuenta que llegó a Bolivia para hacer una gira junto a Andrea Botero, su socia y amiga. Los conciertos fueron en Tarija y La Paz a beneficio de los niños de la Fundación Fortalezas.

¿Qué sucedió cuando supiste que estabas enferma?

En octubre de 2013 descubrí una pelotica (en el seno) con ayuda del autoexamen. Entonces me hice una mamografía y una ecografía que dieron como resultado un quiste benigno. El año pasado noté que la bolita había crecido más, así que fui a mi médico, le expliqué que seguía creciendo y él me indicó que  había que hacer una resonancia magnética. Con esos resultados me diagnosticaron, el 2 de agosto, cáncer. Ahí comenzó todo el proceso y los tratamientos.

¿El mal se detectó a tiempo?  

Felizmente sí. El tumor ya tenía cinco centímetros, había crecido mucho y estaba en el límite de la primera de tres etapas para iniciar los procedimientos. Pero, gracias a Dios, no había abierto ni hecho metástasis en ninguna parte.

¿Cómo hiciste para aceptar la enfermedad y seguir adelante?

En ese momento y aún hoy siento agradecimiento con la vida. Nunca dije, ¿por qué a mí? Pero sí di gracias, pues creo que desde todas las miradas fue una experiencia bonita, fue un aprendizaje por el que mucha gente pasa y no sabe cómo afrontar. A mí me diagnosticaron el cáncer y al salir del consultorio con una de mis hermanas, dije en el auto: gracias Dios mío y hoy aún digo gracias. Creo que tenía dos opciones, o lo tomaba como enfermedad o como tratamiento. Yo elegí afrontarlo como tratamiento y así tuve la oportunidad de reencontrarme con mucha gente, de recibir amor y compasión, no lástima. Me dieron abrazos, compañía; fue una etapa no solo de recibir, sino también de dar.

Como artista, ¿eres una activista contra el cáncer?

Claro que me he vuelto una activista. Cuando lo vives te das cuenta de que no es tan duro, de que no es imposible. Es difícil, pero no imposible y esto me ayuda a decir: si yo pude, tú puedes. Desde esa mirada quiero transmitir vida en mis conciertos.

Le cantas a la vida…

Con Andrea Botero, quien además de ser mi amiga y socia, es mi compañera de canto dimos un concierto hace un par de años en Bolivia. Fue un mano a mano al amor. Este mano a mano que vinimos a hacer el anterior jueves y viernes en La Paz fue para la vida. Ella me invitó a presentar su nueva producción discográfica, pero la verdad es que sentía sustico, pues seguía en quimioterapias y para dar un concierto se necesita fortaleza física, mental, emocional. Ella me animó y me dijo que no iba a estar sola, lo cual me alentó a hacer esta gira por la vida, donde entre medio del concierto voy contando experiencias que se vuelven testimonios. Incluso ella hace intervenciones que se convierten en los testimonios de mis hermanas, de mi madre, de todas esas personas que les ha tocado estar conmigo en las quimioterapias. Creo que más que activista contra el cáncer estoy haciendo un llamado a la reconciliación con nosotros mismos, pues creo que cuando suceden estas cosas el tratamiento médico es fundamental, pero también hay que tratarnos de adentro hacia afuera.

¿Cuál fue tu secreto para seguir espléndida a pesar de la situación?

El cáncer te desgasta mucho, pero las mujeres contamos con privilegios que nos ayudan. En un día común y corriente quieres sentirte linda, entonces te pones un poco de maquillaje y todo mejora, y pasa lo mismo cuando estás en un tratamiento de éstos; está en ti la reconciliación y el amor por ti misma. Porque cuando te ves al espejo y eres capaz de disfrutarte sin pelo, sin cejas, sin pestañas, con un color amarillo en la piel, con las uñas que se te están poniendo moradas debes tener la capacidad de reírte incluso de ti misma.  Una de las anécdotas que tengo, entre muchas otras, es cuando estaba junto a Andrea Botero escribiendo una canción y ella se quedó mirándome y me dijo: “no sé si llorar o pedir un deseo”. Y yo le dije: ¿por qué vas a llorar? Ella me respondió: “es que se te acababa de caer la última pestaña”. Entonces yo le contesté: pide un deseo que de esta salimos. Como verás, hay un deterioro importante del cuerpo, pero si tu actitud y tu alma, si tu parte interior no se deterioran, lo demás es solo la fachada que con un poco de pintura se mejora.

¿Cómo haces para tener la energía que necesitas para seguir con la música?

Yo empecé la gira de lanzamiento de mi último disco en julio del año pasado y es cuando me diagnosticaron, por eso solo llegué a pasar por dos ciudades de mi país. Luego decidí suspender el lanzamiento y la gira que tenía en Colombia y otros países hasta nueva orden, pues me dije primero estoy yo. Sin embargo, continué haciendo presentaciones. Tuve conciertos en la misma época de las quimios y mi ritmo seguía, aunque algo disminuido. La invitación es siempre buena actitud antes de los procedimientos.

¿Le cantas a tu enfermedad?

Yo creo que le canto a todo, a mi enfermedad, a la vida, a todos quienes están pasando por un proceso similar, le canto a todos los que se sienten tocados con mi música. Le canto a quien diga que tiene un caso cercano de cáncer, a una amiga, una mamá, una tía, pero más que cantarle a la enfermedad, le canto a la fortaleza que hay que tener en estos casos. Algo muy importante es recalcar que nunca me sentí enferma, me sentí en tratamiento, pues creo que si me enfermo me muero.

¿Cómo ha sido el apoyo de tu entorno?

El apoyo de mi familia, de mi pareja, de mis amigos, de mi socia y amiga, el apoyo de mis padres y todos los que estuvieron conmigo hicieron que todo esto se vuelva una experiencia de aprendizaje, tanto para ellos como para mí. El apoyo de los que te aman y de quienes amas es fundamental.

¿Qué le dices a las mujeres que no tienen cáncer?

Les digo, pónganse la mano en el pecho, pues quienes lo tenemos o tuvimos necesitamos de su ayuda, de su comprensión y su compañía. Pero también ponte la mano al pecho para hacerte el autoexamen, puesto que si esto es detectado a tiempo es posible salir sin gran dificultad.

¿Ya estás sana?

Gracias a Dios. Ahora comienza un proceso de cinco a diez años en el que debo tomar un medicamento que es una especie de quimioterapia oral. Igual debo hacerme chequeos cada tres meses. Ya hice el primero, luego de una mastectomía radical. Me preguntaron si me siento mutilada y mi respuesta fue que me siento sana y que lo que no sirve, estorba. Esto último lo aplico en varios aspectos de mi vida, en la vida emocional, en lo espiritual, en la salud, en todo. Vamos al ritmo de la vida y no al ritmo de la moda, que creo es mejor.

Perfil

Edad: 42 años.

Nació en Cali, Colombia, y actualmente vive en Medellín.

Hobbies: Sus pasatiempos siempre giran alrededor de la música. Le encanta escribir canciones y cantar. También le gusta viajar, sobre todo a Bolivia para visitar a su hermana Adriana.