Cuidado de las plantas en la ofi
Un error común que el agrónomo René Veizan, especialista en decoración con plantas, advierte es que éstas deben ser adaptables a lugares cerrados, ya que no existen plantas de interior.
Tener tu oficina bien decorada y con la compañía de plantas, regala armonía a tu espacio laboral. Pero, muchas veces, las hojas verdes se tornan amarillas, los pétalos se marchitan y los tallos pierden firmeza. Sin duda, ellas requieren de cuidados.
Un error común que el agrónomo René Veizan, especialista en decoración con plantas, advierte es que éstas deben ser adaptables a lugares cerrados, ya que no existen plantas de interior. “Necesariamente deben ser adecuadas para vivir en interiores, porque no reciben la luz solar”.
Uno de los principales cuidados es el riego y, dependiendo del tamaño y tipo de planta, se debe aplicar cierta cantidad de agua. Al tenerlas en la oficina, necesitan riego poco frecuente. “El exceso puede podrir o dañar la raíz”, advierte. Por lo que lo adecuado es regarla dos veces por semana y, “si el ambiente es muy caliente, tres”.
La decoloración de las hojas y el marchitamiento de los pétalos, en muchos casos son provocados porque la planta está sobreexpuesta al sol. Ubicarla al lado de una ventana por mucho tiempo —una semana completa, por ejemplo— no siempre es bueno, ya que sufre el efecto lupa, el cual concentra un foco de calor que llega a quemarla. En este caso, si la maceta es pequeña y fácil de transportar, cámbiala de lugar y evita que se dañe.
Al igual que cualquier planta, las que se adaptan a espacios interiores como helechos, gomeros, cactus, las azaleas y orquídeas, entre otras, pueden enfermarse o contraer plagas. “Un espacio seco y con altas temperaturas facilita el crecimiento de hongos malignos”, advierte. Ante esta situación, es primordial usar fungicidas.
En otoño y antes de primavera aplica con el riego, abono líquido cada 15 días, éste aporta nutrientes para la salud de tus plantas.
En resumen, Veizan hace cinco recomendaciones para el bienestar de tu planta, sea sobre tu escritorio o en las esquinas de tu oficina. El primero es el riego; a más grande, más agua. Solo dos o tres veces por semana. Y, si la maceta es pequeña, la medida es media a una taza de agua.
El segundo es el control y la prevención de enfermedades, hongos y plagas. El tercero, poner abono anualmente. El cuarto, podar las ramas secas para evitar contagios y propagaciones. Finalmente, el quinto punto es la orientación. La planta debe estar dirigida a la luz solar, evitando que esté expuesta directamente a sus rayos. Así estará sana y bella, regalando calidez a tu oficina.
Toma en cuenta:
La tierra: Si tu planta está fertilizada, rechaza enfermedades, porque tiene mayores defensas.
Tamaño de la maceta: Cuanto más grande es la maceta, más conserva el agua del riego y la humedad.
Cambio de lugar: Si tu escritorio tiene poca luz natural, llévala unos días cerca de alguna ventana.
Humedad: Toca con los dedos la tierra y verifica si está húmeda, sino riégala. Evita charcos y rebalses en la maceta porque puedes ahogar la planta.
Podado: Si ha crecido demasiado, pódala. Así controlarás su tamaño. También quita hojas secas o enfermas.
Ambiente: No pongas la planta directamente bajo el aire acondicionado o calefacción, porque la dañas.
Fuentes: René Veizan (Ing. Agrónomo, espacialista en decoración con plantas) y Jardineríakuka.com