El origen de las pesadillas
Si estás teniendo pesadillas de manera recurrente, probablemente estás saturada tanto de estimulación externa como de emociones y pensamientos negativos, señala la psicóloga Fabiola Cuevas.
La desesperación se apodera de ti porque estás cayendo de un precipicio y no puedes gritar o la ansiedad te inunda porque estás en un lugar que parece un laberinto y no encuentras la salida… Éstas son algunas de las pesadillas más comunes y recurrentes que hace que las personas despierten a medianoche con una sensación de miedo.
“Las pesadillas son sueños angustiosos. Tienen orígenes en el dolor físico o en las situaciones que generan ansiedad y estrés. Si una persona está nerviosa y preocupada puede transmitir eso a su sueño. Entre otras causas también está la fiebre, la apnea de sueño (dificultad de respiración cuando se duerme), el duelo, el comer tarde y abundantemente, y la falta de oxígeno”, enumera el psicólogo Juan José Vargas.
Si estás teniendo pesadillas de manera recurrente, probablemente estás saturada tanto de estimulación externa como de emociones y pensamientos negativos, señala la psicóloga Fabiola Cuevas. O tal vez vas tan rápido en el día que no le das tiempo a tu mente de procesar lo que pasa o lo que sientes.
Entonces tiene que hacer ese proceso durante la noche, y es cuando mezcla y genera imágenes a fin de sacar aquello que quedó reprimido internamente.
En ese sentido, la represión es la moderación o el freno de impulsos o sentimientos considerados inconvenientes que se impone una persona a sí misma.
Desde el punto de vista psicológico, Cuevas explica que es un mecanismo de defensa mental, donde un individuo se protege al no dar atención a lo que le inquieta o a lo que sería inapropiado pensar.
Sin embargo, tener una que otra pesadilla es bueno porque sale aquello que está reprimido evitando que sea somatizado por la tensión psicológica, asegura la especialista.
Tener alguna vez unos sueños horribles, entonces, sería bueno para la salud, según la directora del Sleep and Chronobiology Center, de la Universidad Pittsburg, Anne Germain. “Las pesadillas son tan comunes que tienen cierto propósito de procesar los factores de estrés”, afirma. Sin embargo, si son crónicas, es decir, muy seguidas, perjudican el bienestar y el buen descanso.
“Si son repetitivas —sin importar el contenido— y es por un tiempo considerable (más de tres meses), puede estar pasando algo malo; desde preocupaciones de la vida diaria, como problemas económicos, de relación, trabajo, estudio, hasta trastornos de sueño y de ansiedad, depresión, psicosis u otros. Se debe evaluar si corresponde a uno de estos problemas y, si fuera el caso, se debe acudir a un profesional”, expresa Vargas.
Las pesadillas ocurren generalmente durante la fase REM (sueño profundo), en la segunda mitad de la noche, y tienden a ser más frecuentes en las últimas horas del descanso, según la Asociación Española del Sueño. “Durante el periodo REM se produce una reelaboración de los recuerdos adquiridos. Se reorganiza la memoria y, de alguna forma, se la consolida para archivarla en información de largo alcance. Es algo parecido a un ordenador con memoria RAM. Las pesadillas se producen cuando esa reorganización va unida a una hiperrespuesta empática en la que se incrementa la actividad cardiaca y respiratoria y todas las respuestas al estrés”, dice Diego García-Borreguero, director del Instituto de Investigaciones del Sueño.
En caso de tener una pesadilla y de despertar llorando, gritando o agitado y sin aire, Vargas recomienda levantarse. “La mayoría de la gente comete el error de volver a dormir casi inmediatamente, pero al hacer esto, la pesadilla retorna como si se tratase de una segunda parte”. Por eso es aconsejable despertar y ponerse de pie, evaluar e integrar que solo fue un mal sueño, volver a la realidad y luego de unos minutos volver a dormir.
En el caso de que quien tiene la pesadilla no despierta, es bueno que se lo despierte y que él o ella haga todo el proceso sugerido, declara García.
Así que si alguna vez tienes un mal sueño, no te agites porque es saludable para tu psique; pero si es recurrente, acude a un profesional.
Fuente: juan josé vargas (psicólogo clínica / [email protected]), fabiola cuevas (psicóloga / desansiedad.com), anne germain (vanguardistas.cl ), diego garcía-borreguero (elpais.com)