Señales de que tu pareja es manipuladora
Si esa manipulación incluye tácticas para ejercer poder sobre otra persona con el fin de controlar su libertad, su conducta, sus sentimientos y pensamientos es peligroso.
Para una persona con la que pasas mucho tiempo y a quien le abres tu corazón, puede resultar fácil manipularte emocionalmente. Claro que si alguien te quiere de verdad jamás tratará de hacerlo y te amará tal como eres, no como quisiera que seas.
De acuerdo con la psicóloga Daniela Rossi, las personas manipulan de alguna manera como parte de la personalidad, “todos ‘manipulamos’ un poco”. Lo hacen los niños, los jóvenes y los adultos, como pareja y como padres. Pero, si esa manipulación incluye tácticas para ejercer poder sobre otra persona con el fin de controlar su libertad, su conducta, sus sentimientos y pensamientos es peligroso. “La manipulación es el control que ejerce una persona sobre otra persona o grupo, utilizando técnicas de persuasión o sugestión mediante un comportamiento egoísta o malintencionado”, se lee en el portal news.psykia.com
En casos extremos, quien manipula “busca su propio beneficio afectando a otros”, alerta Rossi.
En una relación de pareja hay grados de manipulación, según Cecilia Bandín, psicóloga especialista en terapia familiar y de pareja. “Todo vínculo —desde lo psicológico— implica una cierta lucha de poder. Cada una de las partes desea tener la razón”, dice. Es así que una persona manipuladora aprovecha toda situación para tomar control de la relación y de la pareja.
“Los manipuladores intentan sacar provecho de los demás, a través de mentiras, condicionamientos e incluso victimizándose”, expone Rossi. Por su parte, Bandín describe a un ser manipulador como alguien que siempre culpa al otro, vive a la defensiva, no acepta sus errores e incluso llega a agredir verbal y psicológicamente para “ganar”.
Según lo expuesto por la psicoterapeuta, la o el manipulador recurre a culpa para generar malestar emocional en su pareja y así lograr que actúe de cierta manera. “Tú me sacaste de las casillas, me hiciste renegar y por eso te he insultado” o “tú coqueteas tanto que me haces poner celoso/a y por eso me fui con ella/él”, son algunos ejemplos. Pero no solo culpar es un arma para el manipulador sino el adoptar el rol de víctima, ya que por medio del error de la pareja este individuo dirá que el afectado es él o ella. “Nada me sale bien y encima tú…”, repiten.
El miedo es otra herramienta de control. De acuerdo con Bandín, el temor a quedarse solo, perder la pareja y con ella todo lo construido hace que uno aproveche la situación mientras que el otro sea obediente. “En ocasiones, esta persona sumisa actúa por miedo al abandono o por temor a ser agredida verbal y hasta físicamente”, advierte.
La gratitud, aunque es una virtud, en ocasiones es utilizada para manipular. Puede pasar que si uno le hace una serie de favores al otro genera una sensación de deuda y entonces exigirá los “pagos”.
Ambas psicólogas concuerdan en que una o un manipulador analiza las debilidades de su pareja para tomar ventaja de ellas. “Si un miembro de la relación sabe que el otro es inseguro, indeciso, miedoso o tiene otros aspectos que demuestren vulnerabilidad, seguramente tomará partido para su propio beneficio.
Es bueno analizar si la pareja posee esas características, las especialistas advierten que relaciones de este tipo pueden tornarse tóxicas, dolorosas y destructivas.
Conductas que te alertan
Siembra duda Dice la verdad a medias, no precisa sus peticiones y genera dudas sobre ti y los otros; critica sin que lo parezca, desvaloriza y juzga.
Oculta la verdad
Un manipulador no habla sobre su vida. Al contrario, esconde cosas que le restan imagen, como que fue infiel o violento.
Compite
Si te duele la pierna, a él o ella le duele la pierna y el brazo. Si estás cansada, él está exhausto. Si leíste algo interesante, ella encontró un artículo mejor. Siempre busca ‘ganarte’.
Se victimiza
Saca ventaja, una y otra vez, de tu error y busca una recompensa como forma de reparo al daño que le hiciste.
Endulzan el oído
Dicen cosas lindas, adulan. Prometen a título de moral y norma, pero difícilmente cumplen.
Límite
Suele comportarse como si cada desacuerdo fuera el factor decisivo de la relación.
Fuentes: Cecilia Bandín (Especialista en Psicoterapia familiar y de pareja), Daniela Rossi (Psicóloga) y Familias.com