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Libre y ‘autodependiente’

Te has preguntado alguna vez qué es necesario para experimentar el amor? Pues básicamente la libertad de lo que se ha venido a llamar la “autodependencia”, la libertad para estar con alguien porque “quieres” y no porque lo “necesitas”; y la “autodependencia” para depender de ti misma, hacerte cargo de ti y ser la protagonista de tu propia vida.

Debes aceptar que para realizarte como mujer hace falta abandonar toda dependencia. Así que, para que quede claro el concepto, hago una diferencia acerca de los tipos de dependencia que se pueden presentar en una relación de pareja: una es la codependencia, que consiste en la adicción a una persona o tipos de personas. Es el grado superlativo de la dependencia enfermiza. Estas personas tratan de volverse necesarias porque reemplazan su deseo de ser queridas por el de ser “necesitadas”. La persona codependiente no ama: necesita, depende.

Otra es la interdependencia, que se da cuando uno depende del otro. En ese vínculo se generan lazos que se sostienen porque los interdependientes son en el fondo dependientes uno del otro. Como fuera, si hay dependencia deja de haber elección y la elección constante es la base de una pareja sana.

Ten en cuenta que la dependencia ya sea emocional, económica o de cualquier tipo es totalmente tóxica para tu realización personal, ya que impide o limita tu crecimiento. No obstante, la independencia es, en realidad, una meta inalcanzable dado que irremediablemente necesitamos de los otros, de muchas y de diferentes maneras.

Por tanto, si la codependencia es enfermiza, la interdependencia no es la solución, la independencia es imposible de alcanzar y la dependencia es absolutamente indeseable, el mejor concepto para describir una relación sana en pareja es la “autodependencia”.

Ser “autodependiente” te permite ser respetada y aumenta tu autoestima. Y cuando sabes que vales, todo lo que haces en tu vida lo haces porque quieres y no porque no te queda más remedio que aceptar las situaciones tal como se presentan.

Aplicado a la relación de pareja, esa “autodependencia” hará que te sientas con el derecho de establecer en qué términos consensuados compartirás un proyecto de vida, a partir de un acuerdo mutuo. Pero, sobre todo, tomarás tus propias decisiones con “autorrespeto”, el cual separa lo negociable de lo no negociable.

Mujer, recuerda que la sociedad ha intentado hacerte dependiente. Deja de lado el molde que te impusieron con la educación. No seas cómplice de propiciar tu propia dependencia. No pierdas el control de tu vida por flojera, o peor aún, por negociar tu libertad a cambio de comodidad. Libérate descubriendo y fijando tus propios objetivos de vida, eligiendo el camino para ti y a tu realidad.

¡Adelante mujer… Tú lo vales!

En acción…

– Elige dentro de lo que es posible, y hazte responsable de tu elección.

– Respóndete quién eres, a dónde vas y con quién.

– Date a ti misma los permisos inherentes a ser persona:

Ser quien eres sin esperar que otro lo determine.

Sentir lo que sientes

Pensar lo que piensas y tu correspondiente derecho a decirlo o callarlo.

Busca lo que necesites del mundo sin esperar que te den el visto bueno.

Corre los riesgos que decidas, aceptando las consecuencias.

* Coach personal-especialista en problemática de la mujer y de la pareja – www.superarse.net