Bebés por siempre en fotografías y muñecos
La brasileña Claudia Maccagnan eterniza un periodo de la vida mediante fotografías especiales y caracterizadas, pero además a través de los famosos muñecos Reborn (renacido en inglés).
Los niños crecen muy rápido, lo saben sus padres. Un día, los bebés están en sus brazos y al otro, yendo a la guardería, al colegio… Y la vida pasa, se hacen adolescentes, jóvenes, adultos y dejan el nido.
Es inevitable. Por eso, se acostumbra guardar los lindos recuerdos no solo en la frágil memoria, sino en fotos.
En ese afán, la brasileña Claudia Maccagnan eterniza ese periodo de la vida mediante fotografías especiales y caracterizadas, pero además a través de los famosos muñecos Reborn (renacido en inglés).
La pasión que tiene por la fotografía es innata, ya que viene de una familia amante de las lentes. Sus abuelos, migrantes italianos que llegaron a Brasil, ya practicaban este arte que heredaron a José Maccagnan, padre de Claudia.
Además de ella, sus cuatro hermanos —Odete, Wilson, Fernando y Gilmar, quien trajo a Bolivia su fototela— también heredaron el amor por los retratos.
Claudia es una profesional en fotos de familia, pero se especializó en retratos de niños y bebés. “Soy una apasionada de los bebés; la energía que tienen es una atmósfera con mucha luz, una esencia pura y yo me identifico con eso”, dice la profesional que con 27 años de experiencia retrató las dulces facciones de unos 25.000 bebés en diferentes países.
Todas sus sesiones son importantes para ella, aunque le embarga una emoción y dulzura particular trabajar con bebés especiales, que pueden ser prematuros o con algún síndrome.
Su secreto para fotografiar a los chiquitines, unos modelos inquietos, está en la paciencia. “Ellos requieren un tiempo, además de estar descansados y alimentados”. Nada de forzarlos ni de apuros. “Tienen que sentirse a gusto y seguros en el ambiente”.
De ahí que se le ocurrió un baño de leche. “Los nenes tienen un vínculo con la leche, además que adoran el baño”. Entonces están listos para el clic de su cámara que guardará ese tierno instante.
Otra forma de eternizar la imagen del bebé, la más novedosa y emotiva, es a través de los muñecos Reborn, que son réplicas casi perfectas de un niño ( o en su caso inspiradas en una foto), y que Claudia comenzó a practicar desde 2008.
Cada modelo es único y lleva un sinfín de detalles que le dan naturalidad, por eso toma entre 60 y 90 días crear uno. “Esto según la disponibilidad del material —la mayoría importado de Estados Unidos— como el molde de vinilo siliconado para la forma y los tintes que le dan el tono a la piel, además del cabello”.
La artista aprendió la técnica del reborning en su natal Caxias do Sul, en el estado de Río Grande del Sur, en Brasil. Consiste en añadir varias capas de pintura al molde de vinilo y ciertas características físicas para conseguir una muñeca realista, tanto que tenga los rasgos de quien la inspira.
“Las tintas que uso son especiales y exclusivas para este arte. El secado lo hago en un horno especial después de cada capa de pintura que varía de acuerdo con la tonalidad de la piel del bebé y las manchas que tenga. Las cejas también son pintadas y las pestañas de pelo artificial pueden ser implantadas o pegadas pelo a pelo”.
El cabello es tarea aparte. La materia prima es la lana de oveja bebé, en su primera trasquilada para obtener hebras suaves y con textura fina. Luego de dar la forma, sea liso o rizado, se tinturan para después ser implantadas en la cabeza, pelo a pelo, al igual que las pestañas.
La ropa la escoge ella misma, tomando en cuenta la conversación previa con la persona que requiere la muñeca para saber su preferencia por el color y estilo.
Tanto el tamaño como el peso de la muñeca se asemejan al de un bebé real: de 55 a 70 centímetros y de dos a tres kilos.
El precio estimado de cada Reborn para Bolivia es de $us 1.000, dependiendo de los requerimientos especiales como un aparato a la altura del pecho que cuando se lo presiona, pulsa igual a los latidos del corazón.
Fotos: Claudia Maccagnan y Oswaldo Aguirre
Fuente: Claudia Maccagnan