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Cuidados al pie de la letra

Las anomalías en los pies de los niños son bastante frecuentes, tanto que algunos padres no les dan importancia, creyendo que éstas se irán corrigiendo con el paso de los años.

“Los pies son la zona de apoyo del cuerpo, por lo que cumplen una importante misión locomotriz”, dice el pediatra Iván Carabaño. Por esa razón, las anomalías pueden interferir en el desarrollo psicomotor. Así que los padres deben estar atentos a cualquier señal.

“Algunos recién nacidos ya presentan problemas en sus pies. Éstos están hacia adentro, hacia afuera, hacia adelante o estirados, doblados, etc., y se necesita la intervención del médico especialista en ortopedia”, advierte el pediatra Óscar Parada.

Darse cuenta de esas anomalías hace la diferencia. Pero, si no notas nada cuando nace, entonces en su conducta y primeros pasos podrás observar si hay signos de alerta. Por ejemplo, si camina de forma extraña, se queja de algún dolor o molestia, adopta malas posturas, no quiere jugar o hacer deporte, entre otros, dice Carabaño.

Existe además otro problema no tan evidente, pero más común que necesita ser diagnosticado oportunamente por un médico, un pediatra o las enfermeras: el pie plano, expresa Parada, quien también apunta las uñas encarnadas (en lactantes pequeños), los hongos entre los dedos y, en edades posteriores, los juanetes y los dedos en gatillo. Aquí va una lista de anomalías frecuentes en los más pequeños que si identificas y atiendes, le harás un gran favor a tu niño.

Anomalías

Pies planos. Si a sus dos años y medio la planta de su pie no tiene arco, debe hacer algunos ejercicios y usar plantillas ortopédicas.

Pies valgos. Desviación del talón hacia fuera, por un ‘efecto de caída’ de la parte interior del pie parece que esa área tocase el suelo.

Pies cavos. Es lo contrario al pie plano. Se define como un aumento del arco longitudinal plantar. Es frecuente y asintomático.

Antepié aducto. El dorso del pie se dirige hacia dentro por una mala posición en el útero; se corrige solo y si no con ejercicios y zapatos adecuados.

Pies varos. Es cuando el talón y los dedos se apoyan por la parte externa (meñique y anular). Se asocia a una lateralidad de las piernas.

Pies equinos. Cuando los pequeños solo apoyan las puntas de los pies y no llegan a asentar el talón al suelo. Se corrige con ejercicios de estiramiento.

Fuentes: Iván Carabaño (pediatra), Óscar Parada (pediatra), bebesymas.com