El feminismo es cuestión de ‘brujas’
Entre los siglos XV y XVIII se produjeron entre 40.000 y 60.000 condenas a la pena capital —a la hoguera y la horca— por brujería, según National Geographic.
En el imaginario social, la bruja y la feminista comparten la definición de mujer rebelde “con poderes” o “empoderada” que no se enmarca en los cánones tradicionales y en el orden establecido, que causa desprecio y temor por estos mismos dones y esta misma rebeldía.
“Las brujas son un símbolo del tipo de gente que no gusta a las sociedades y que da miedo”, apunta la investigadora feminista Ximena Machicao.
Entre los siglos XV y XVIII se produjeron entre 40.000 y 60.000 condenas a la pena capital —a la hoguera y la horca— por brujería, según National Geographic.
Se estima que entre el 70% y el 80% fueron mujeres.
Las brujas “eran parteras, alquimistas, perfumistas, nodrizas o cocineras que tenían conocimiento en anatomía, botánica, sexualidad, el amor o la reproducción, y que prestaban un importante servicio a la comunidad. Conocían mucho de plantas, animales y minerales, y creaban recetas para curar, lo cual fue interpretado por los grupos dominantes del medievo como un poder del diablo”, dice a Jornada la filósofa Norma Blázquez, autora del libro El retorno de las brujas.
En 1487 se publicó El martillo de las brujas, manual creado por los inquisidores para perseguirlas. Aquel que no creyera en ellas era considerado hereje. La persecución masiva contra el género femenino “se llevó a cabo para luchar contra el feminismo incipiente que estaba avanzando en la sociedad de entonces”, señala a la ABC el historiador Ricardo García.
“El feminismo es la lucha de las mujeres contra las formas de opresión (patriarcado) sobre ellas y la humanidad. Ellas han enfrentado esta lucha con sus saberes y conocimientos, aquellos de la ciencia de la salud, las plantas medicinales, el movimiento de los planetas. Las llamaron brujas y las quemaron, eso en Europa; en estos territorios se llamó la extirpación de idolatrías. Quemaron a nuestras abuelas sabias, sanadoras, kolliris, aquellas que hacían los rituales a la luna, que resistían para que no se lleven a los niños y niñas a la mita”, explica la feminista comunitaria Adriana Guzmán.
La “caza de brujas” aún se mantiene, considera ella. “Las feministas cuestionan en su cotidiano y las enfrentan con represión, violencia y escarmientos, he ahí los feminicidios de feministas, la violencia hacia mujeres que luchan por los derechos de las mujeres e incluso a las defensoras de la tierra y el territorio. (Ellas) podrían ser brujas modernas, como sinónimo hoy de feministas… y sí, las están matando. En Argentina hay feminicidios después y antes de las marchas de #Niunamenos; en Chile fueron apuñaladas tres chicas en el “pañuelazo” de agosto de 2018; las universitarias que tomaron universidades en Chile….hay feministas brujas modernas y una nueva inquisición”, asegura.
Brujas y feministas rebeldes
Rebeldes
“Las brujas son un símbolo de rebeldía, el tipo de gente que no gusta a las sociedades y que da miedo” (Ximena Machicao, feminista).
Feministas
“Las luchadoras por los derechos de las mujeres podrían ser brujas modernas como sinónimo hoy de feministas y sí, las están matando” (Adriana Guzmán, feminista).
Conocimientos
“La palabra bruja (witch en inglés) tiene una connotación muy hermosa, ya que significa mujer sabia (wise woman en inglés)” (NatGeo).
Analogía
La bruja despega de la casa y alcanza las alturas, a partir de la escoba, un instrumento que barre y limpia.
Eslogan
En las marchas feministas se suele leer: “Somos las nietas de las brujas que no pudiste quemar”.
Modelos: María Belén Morales y Cristina de la Riva (agencia cinetel, 73098991)