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La dicha de una pareja madura

Hola, Mujer. Hoy quiero hablarte acerca de la madurez de pareja. La idea de madurez es un concepto situado en lo social como un valor, deseado como criterio en la elección de la pareja; pero que a veces esconde un trasfondo de inmadura rigidez vincular que deja de lado lo verdaderamente importante: el diálogo, la flexibilidad y la creatividad.

Muchas parejas se aman, pero no saben cómo traducir ese amor en acciones sostenidas en el tiempo, y las emociones y sentimientos impiden que sus pensamientos sean orientados por el camino correcto.

La inmadurez no es falta de racionalidad, sino considerar, ya sea de manera consciente o inconsciente, que el otro debe completar una carencia existente.

La idea de que la pareja es complementaria a veces lleva al equívoco de pensar que la esencia de la misma es la falta que el otro completa. En este aspecto es importante recordar que ni el vínculo amoroso ni el amor completan ninguna carencia.

El resultado de esta forma de pensar es una relación de dependencia, donde la demanda, la posesión y el control sobre la pareja son una constante; exigiendo que el otro siempre esté, incluso bajo presión o amenaza.

Si este es tu caso, ten en cuenta que los vínculos inmaduros son asimétricos, ya que pierden la esencia de la paridad; y en esta situación, poco lugar queda para el amor. Porque el verdadero amor, querida amiga, requiere mirarse desde la misma altura.

La madurez de pareja se basa en el respeto mutuo y la flexibilidad adaptativa para aceptar la historia y los tiempos del otro.

También requiere una comunicación franca para acordar las diferencias, plasticidad para evitar caer en la rutina sexual, sentido del humor y, sobre todo, hacer uso de las capacidades propias de cada uno para afrontar las crisis que habrá que atravesar.

Una pareja madura defiende la igualdad, porque la paridad es la regla que sostiene el vínculo. Y esta paridad no debe confundirse con la distribución de roles y de actividades para encarar la convivencia.

En una pareja madura cada uno se nutre de sí mismo y del otro, dejando fluir la relación; ya que cuando uno de los miembros, o los dos, posterga, anula o reprime sus deseos personales para cumplir con las demandas del otro, esto tarde o temprano trae consecuencias negativas.

Querida mujer, no caigas en el error de creer que la madurez es solo cumplir con las normas que la sociedad espera de una pareja; trabajo, construcción de una familia, adaptarse a la cotidianidad y la rutina, etc.

Si bien las demandas sociales siguen jugando un papel muy importante sobre las personas, y aún más sobre las mujeres; nunca pierdas el norte de construir una pareja verdaderamente madura.

Recuerda que tú eres eternamente responsable de aquello que cultivas.