La adicción a las compras, que no solo se presenta en personas del sexo femenino, es un trastorno que ya reportaban los psiquiatras en el siglo XIX. Los adictos gastan más tiempo y dinero de los que disponen, tanto que esto les ocasiona problemas financieros y en sus relaciones.
También llamados “shoppingcólicos”, los adictos a las compras entran en la categoría de la adicción a internet, cuando las adquisiciones son online.
Estas personas se caracterizan por ser más materialistas que otros compradores y por buscar estatus y aprobación a través de objetos materiales, viven más en sus fantasías y no son capaces de frenar sus impulsos.
Según Ruth Engs, de la Universidad de Indiana, los “shoppingcólicos” se vuelven adictos a cómo se siente su cerebro mientras compran, pues éste libera endorfinas y dopamina. Con el tiempo, esos sentimientos se vuelven adictivos. Engs estima que entre 10 y 15% de la población tiene esta predisposición.
Vivir con un adicto a las compras es difícil. Algunas pautas para ayudar a un “shoppingadicto” son: delegar en otro miembro de la familia las compras de comida e ítems para la casa, deshacerse de tarjetas de crédito y débito, y salir a comprar en compañías de amigos o familiares. Buscar ayuda psicológica es también una buena idea.
¿Tienes dudas sobre si podrías ser adicto a las compras? Prueba esta Escala de Adicción a las Compras Bergen, de la Universidad de Bergen. Marca con una X o encierra en un círculo si estás de acuerdo o no con estas siete afirmaciones. Revisa la conclusión de la parte final del test (invertida).
Con datos de: Bustle, Verywell Mind y PsychGuides.com