Cómo reconocer la displasia de cadera
Las señales que un perro presenta por displasia de cadera varían según su raza y edad.
Al igual que en el hombre, la displasia de cadera en las mascotas se presenta debido a una mala colocación de la cavidad acetabular (cadera) con las cabezas femorales, es decir, el extremo del fémur queda fuera de su lugar natural.
Esa situación produce estrés y molestias en el animal, además inflama y debilita articulaciones y algunos tejidos.
Steffani Araníbar, veterinaria con diplomado en Traumatología y Ortopedia, explica que esta situación es dolorosa y, por lo general, hereditaria.
“No es congénita, porque no se presenta desde el nacimiento. No se puede revertir la alteración, solo calmar la molestia y frenar el avance”, dice.
Los signos que delatan el problema se pueden presentar entre el quinto y sexto mes de vida del cachorro, pero con el tiempo, éstos pueden desaparecer o disminuir y dejar como única “huella” de su paso la marcha con balanceo.
La displasia de cadera se puede dar de dos formas: por genética o herencia, cuando nacen con eso y se les marca con el paso del tiempo, y por la influencia de factores ambientales como el desarrollo rápido y la nutrición del animal.
La primera se da en perros de razas grandes como el pastor alemán, golden retriever, labrador y viejo pastor inglés. La segunda se presenta en razas con “drodisplásicas”, que tienen patas curvadas, como el buldog.
Los canes de competencia también están predispuestos a desarrollar el mal, debido al esfuerzo físico que realizan.
Las señales que un perro presenta por displasia de cadera varían según su raza y edad. El signo que las acompaña es el dolor que se manifiesta con actitudes como cojear, ser poco activo, no subir gradas ni saltar o hacerlo como “conejo”, es decir, con las patas juntas.
Armando Ríos, experto en laboratorio y nutrición animal, señala que esta enfermedad puede ser diagnosticada con un examen físico completo que incluye perfil químico sanguíneo, hemograma, un panel de electrolitos y un análisis de orina. También se lo hace con un estudio ortopédico y radiografía.
La obesidad es un factor de riesgo que influye en la presencia de displasia de cadera. “Por eso, la alimentación es importante. Recuerde que el animal soporta su peso en las patas”, dice. Una forma de ayudar al can es mediante programas de consumo de alimentos medicados y brindándole dietas especiales.
Fuente: Extra
Para tomar en cuenta
• La obesidad y exceso de ejercicio físico inciden en el desarrollo de la enfermedad.
• Si tu perrito cojea, se niega a caminar o a subir gradas y salta como conejo (patas juntas) ¡alerta!
• “Si la mascota sigue el tratamiento que se le asigna, tendrá una vida normal. El traumatólogo hace el diagnóstico” (Steffani Araníbar, veterinaria).
Apuntes
• Acción. Para el diagnóstico se hace una radiografía con el perro tendido de espaldas y jalando las patas hacia arriba.
• Tratamiento. La displasia de cadera no tiene cura, pero las molestias pueden controlarse de forma quirúrgica, con fisioterapia o analgésicos.
• Causas. Los factores que potencian el desarrollo de la displasia de cadera en los perros son: el crecimiento rápido, la obesidad y el excesivo ejercicio físico.
• Consejo. Alimenta al cachorro, sobre todo si es de raza grande, con una dieta adecuada para el desarrollo de huesos y articulaciones.
• Contacto. Para mayor información sobre el tema puedes llamar a los expertos, al número telefónico 2917268.