Hoy quiero hablarte de ese proceso tan típico de la etapa de enamoramiento, durante el cual, al igual que una escritora de novelas, construyes un personaje a partir de tu pareja.
En este caso, el amor es una creación propia y las virtudes que le atribuyes a tu pareja, cuando estás en la etapa del enamoramiento absoluto, con frecuencia obedecen más a tu capacidad de construir al hombre que sueñas, que a los atributos reales de la persona querida.
Todos tenemos un modelo inconsciente de pareja, que es la base para nuestra pareja real. La mujer, por lo general, busca a alguien que tenga algo en común con su padre, o por el contrario, si la relación paterna no fue buena, que sea su opuesto.
En cualquiera de los casos, ya sea para ratificarlo o para contradecirlo, el padre es siempre un punto de referencia.
Lo cierto es que, cuando alguien te da indicios de que podría corresponder a tu modelo ideal inconsciente, sueles poner en marcha el mecanismo de tu imaginación y le agregas características capaces de hacerlo corresponder al mismo.
¿Por qué sucede esto? Porque el modelo ideal inconsciente es una especie de molde vacío que te insta a llenarlo; y en tu afán de hacerlo, compulsivamente “cortas de donde sobra y rellenas donde falta”, para que el modelo real se ajuste a tu modelo ideal.
Y debido a que esto lo realizas de manera inconsciente, cuando el tiempo comienza a mostrarte que el modelo real no se corresponde con el ideal, eres la primera sorprendida.
Suele decirse que el tiempo y la convivencia desgastan la pareja, pero esta afirmación no siempre es cierta.
Lo que sucede más bien es que comienzas a ver al otro tal como es y no como tú lo idealizas, confiriéndole virtudes y atributos que posiblemente no se corresponden con él, o que no se corresponden en la medida que lo piensas.
Este es un punto crucial en la relación, cuando casi de manera inevitable, el modelo real y el ideal entran en colisión.
Si has idealizado demasiado es probable que el desajuste resulte muy decepcionante y que la persona que tienes al lado comience a parecerte un extraño.
Ten en cuenta que la desidealización puede ser brusca o paulatina, pero te aseguro que se da de manera inexorable.
Sin embargo, contrariamente a lo que crees, es bueno que esto suceda; ya que no se puede vivir en estado de hipnosis permanente, amando a un espejismo.
A menudo, cuando las parejas logran sobrellevar el proceso de la desidealización, el vínculo se afianza y se hace más sólido.
Por eso, no hay que temerle al momento del fin de la hipnosis amorosa; pero sí tienes que estar preparada.
Debes tomar conciencia de que ese momento llega y que salir de la hipnosis no significa necesariamente que te has equivocado de persona, sino que comienzas a verla desde otro punto de vista, uno más realista.
La característica de todo ser vivo es la transformación constante y la evolución.
Por lo tanto, si tu pareja cambia, es precisamente porque está viva; así que disfruta el proceso de desidealización y deja que el enamoramiento dé paso al amor.
Adelante mujer… ¡tú lo vales!
Rubén García
Coach personal-especialista en problemática de la mujer y de la pareja – www.superarse.net