Seducción, deslumbramiento y decepción
Si provienes de un mundo muy diferente al suyo, es posible que, en un primer momento, esa bohemia te deslumbre y que todo aquello que sea opuesto a tu forma de vida te parezca sensacional.
Hoy quiero hablarte de la decepción que se produce cuando no eres capaz de proyectar en el tiempo esa característica especial que en un primer momento tanto te deslumbra de tu pareja.
A modo de ejemplo, supongamos que te enamoras de un hombre bohemio e informal, que vive sin horarios, que privilegia su actividad por sobre todas las cosas, y en cuya escala de valores el dinero ocupa un lugar secundario.
Si provienes de un mundo muy diferente al suyo, es posible que, en un primer momento, esa bohemia te deslumbre y que todo aquello que sea opuesto a tu forma de vida te parezca sensacional.
Sin embargo, también es probable que con el tiempo y al profundizarse la relación comiences a detestar esa actitud bohemia y que surjan todo tipo de reproches hacia tu pareja, y que termines odiando lo que antes tanto te fascinaba.
¿Por qué? Porque, en este caso, no fuiste capaz de proyectar en el tiempo y no imaginaste cómo sería la convivencia con una persona de esas características.
Seguramente lo juzgaste superficialmente como un rasgo atractivo y no te preguntaste si serías capaz de aceptar su estilo de vida.
Es muy habitual escuchar en el consultorio las quejas de personas que se enamoraron de su pareja, por su actitud para alguna actividad; pero que luego están hartas de que se dediquen a ello.
O bien, están las quejas de quienes se enamoraron de las virtudes intelectuales de alguien, pero que después le reprochan que no tenga espíritu emprendedor y que no gane más dinero; es decir, que no sea un rico empresario.
Aparece entonces el deseo de cambiar al otro, lo cual es uno de los principales errores en la construcción de una pareja; ya que, justamente, uno de los pilares de una relación madura es la aceptación del otro, a través de la apertura y respeto de su mundo.
Además, debes tener muy presente que si tu pareja reprime o anula sus deseos y/o actividades personales para complacer tus demandas, esto tarde o temprano traerá consecuencias negativas para la relación.
En estos casos, ten bien en claro que el problema no está en tu pareja, sino en tu falta de capacidad para imaginar la vida al lado de una persona con una característica que te deslumbra.
Con frecuencia te decepcionas, no porque el otro se comporte de manera contradictoria con su identidad; sino porque aún sabiendo cuál es su esencia, le pides que se comporte de manera diferente.
Todas las parejas, inexorablemente, pasan por un shock de realidad que las despierta del estado hipnótico del enamoramiento de los primeros tiempos, lo cual es totalmente deseable y positivo.
Algunas absorben positivamente este shock y otras se sienten decepcionadas y hasta traicionadas por la persona que tienen a su lado.
No es que esta persona haya hecho algo malo, sino que no se adapta a la idealización del otro.
Por eso, de pronto, el cariñoso ser se transforma en insoportable, el tierno se transforma en blando, y el bohemio, en un flojo sin futuro ni ambiciones.
Entonces, aunque estés enamorada, trata de proyectar con lucidez esa característica que hace tan especial a tu pareja; de manera que el deslumbramiento no se transforme luego en decepción.
Adelante Mujer,… ¡tú lo vales !
Rubén García
Coach personal-especialista en problemática
de la mujer y de la pareja – www.superarse.net